Acontecimientos populares que la pandemia impide disfrutar
Estamos en las vísperas de la conmemoración de un nuevo aniversario, el 142 de la fundación de la Villa Formosa, que tuvo como protagonistas al comandante Luis Jorge Fontana y a las familias pioneras que lo acompañaron a bordo del vapor Resguardo que llegó a estas tierras procedente de Villa Occidental tras el fallo del presidente Rutheford Hayes de EE.UU.
En la actualidad, ese espacio se denomina Villa Hayes en homenaje al mandatario yanqui que los definió a favor del Paraguay, en el marco de un litigio posterior a la cruenta Guerra de la Triple Alianza, tras haber sido sede de la capital de la gobernación del Gran Chaco.
En 1884, durante la presidencia de Julio A. Roca, se crea el territorio nacional de Formosa que desde entonces deja ser dependiente del vecino estado.
Toda esta recopilación de los hechos históricos constituyen en el marco del denominado Modelo Formoseño para el Desarrollo Provincial, un anhelado sello identitario que fue consolidado por pueblo y gobierno a partir de tres hitos culturales que han sido el 8 de abril de Fontana y los pioneros; el 28 de junio de la provincialización con el Tata Salemi y los 93 formoseños que recibieron el sí de Perón y, finalmente, el 28 de mayo que evoca la firma del Acta de Reparación Histórica entre Néstor Kirchner y Gildo Insfrán que aceleró la dinámica de todas las actividades provinciales.
Y en ese contexto, es que se decidió que el 8 de abril dejase de ser patrimonio exclusivo de esta capital para convertirse en un fasto provincial.
Así lo determinó el decreto 417 firmado el 7 de abril de 1997 por Insfrán y refrendado por el entonces ministro secretario general del PEP, doctor Antonio Ferreira.
Ese instrumento destaca que el 8 de Abril constituye un fasto provincial que por tradición e historia tiene la virtud de amalgamar y cohesionar el ser formoseño en el reconocimiento de un pasado común que se proyecta a un porvenir de grandeza, sumándose así a los símbolos de la provincia como un elemento aglutinador que enlaza los puros sentimientos de paz y concordia.
Hace notar que resulta relevante para fomentar el sentido de pertenencia a la patria chica, hermanar la celebración histórica de la ciudad capital con los otros pueblos y ciudades de la provincia, atendiendo a que el derrotero histórico tiene su piedra basal el 8 de abril de 1879.
Ese decreto dispuso que la recordación de la fundación debe realizarse en los distintos pueblos y ciudades del territorio provincial y se hace notar que el 8 de abril de 1879 es la terminación de un proceso histórico jurídico así como el inicio de posteriores acontecimientos trascendentes como el 16 de octubre de 1884, fecha de sanción de la ley 1532 de creación del Territorio Nacional de Formosa y el 28 de junio de 1955, fecha en que se promulgó la ley 14.408 de provincialización de Formosa.
Consideraba que “es de justicia histórica considerar el 8 de abril como la fiesta provincial de recordación histórica, materializándose el sentir profundamente arraigado en todo el ámbito provincial de celebrar el día señalado como la fiesta de la fundación de Formosa”.
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Lo que se extraña
La pandemia ha conseguido que se extrañen todos esos acontecimientos festivos y motivantes que arrancaban el 7 de abril cerca de la medianoche con las celebraciones frente a la sede del Museo Histórico y Regional donde se repetía últimamente la Cantata Fundacional con la recreación del desembarco del ilustre fundador Fontana y las familias pioneras que conformaban un verdadero crisol de razas.
El 8 seguía con el izamiento de la bandera provincial y de la bandera nacional en el mástil municipal y continuaba con uno de los más originales y convocantes homenajes a la patria chica con el acto central representado por el llamado del gobernador a los alumnos de cuarto grado de toda la provincia para que se comprometan a ser consecuentes con la evolución formoseña como parte de una alianza con la bandera propia.
Les explica el mandatario que esa creación de los esposos Willimnburgh que ya es patrimonio común de los formoseños, simboliza el ser provincial y que en su paño, como en un crisol, se funden nuestro origen, nuestra historia, las luchas del presente y las esperanzas de lo por venir, el calor de la unión, la hermandad, el espíritu solidario, la humildad, el trabajo fecundo y la fe en Dios.
Resalta que esos rasgos prominentes del formoseño recrean nuestra identidad cultural única e irrepetible con la cual, desde este costado norte de la patria, nos proyectamos a la Nación y desde allí enfrentamos los desafíos de la integración.
Puntualiza que esta visión de nuestra enseña, impregna el 8 de abril de un significado que excede el recuerdo del momento fundacional para convertirlo en un imperativo que nos impulsa a construir la Formosa soñada por todos y a la que no estamos dispuestos a renunciar.
Y finalmente llega el momento inolvidable para los chicos que a viva voz responden afirmativamente a la consulta que les plantea el jefe del PEP: “¿Prometéis mantener siempre vivo en nuestros corazones el compromiso de estudiar, trabajar y poner el mejor esfuerzo para alcanzar la paz, la prosperidad y la felicidad de todos los formoseños?”.
El gran desfile
Y después de ello seguía el gran desfile que era encabezado por las delegaciones escolares y estudiantiles con sus banderas entre las que figuraban las de las escuelas de los 9 departamentos de la provincia en una señal claramente del carácter federal de los acontecimientos locales.
Demás está decir lo que implicaba la Fiesta de la Provincianía cada 28 de junio con un desfile popular relevante y el cierre con la elección de la Reina de la Provincia que exponía la belleza de las jóvenes de esta ciudad y del interior.
Actos, ceremonias, acontecimientos culturales múltiples que hasta se prolongaban en guitarreadas y fogones así como la improvisación de situaciones que servían para que el pueblo formoseño, hoy frenado por la pandemia, diese rienda suelta a su alegría y a su amor entrañable por la tierra en la que nació o la que eligió como destino de vida.
Justo L. Urbieta