LA ACTIVIDAD DE LAS PIRAÑAS ESTÁ DIRECTAMENTE RELACIONADA A LA TEMPERATURA DEL AGUA
Advierten que la bajante del río Paraguay acrecienta la voracidad de las pirañas
El director de Recursos Naturales y Gestión del Ministerio de la Producción y Ambiente indicó que “hoy la temperatura del río debe estar cercana a los 26 a 28 grados, lo es una temperatura altísima para el agua, y si tomamos en cuenta que los peces no regulan su temperatura, sino que están en relación a la que hay en el medio, entonces ese incremento de la temperatura hace que la actividad metabólica de los peces esté muy alta, y que por ende tengan mucha hambre y estén muy voraces”.
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Franco Del Rosso, director de Recursos Naturales y Gestión del Ministerio de la Producción y Ambiente, dijo que “es normal en esta época del año la problemática de las pirañas en los ríos, sin embargo el problema se vuelve superior cuando el río está muy bajo, ya que la actividad de las pirañas y la mayoría de los peces está directamente relacionada a la temperatura del agua, por lo tanto, cuando el agua está más fría la actividad de la piraña disminuye, en cambio, cuando es más caliente está se acrecienta”.
Del Rosso recordó que “la piraña es un pez que anda en cardumen y es un predador voraz que siempre genera inconvenientes en esta época del año”, y advirtió que la problemática se acrecienta “cuando el agua del río está más baja ya que los peces en sí están confinados en un espacio más pequeño; es por esa razón que normalmente los ataques de pirañas se dan con mayor frecuencia en las zonas más playas y están más expuestas a la agresión las personas que se quedan quietas en el agua, no así las que están en movimiento, eso se debe a la turbulencia que genera el cuerpo cuando se mueve en el agua y hace, muchas veces, que el pez no ataque”.
La temperatura del agua
El biólogo indicó que “hoy tenemos que pensar que la temperatura del río debe estar cercana a los 26 a 28 grados, lo es una temperatura altísima para el agua, y si tomamos en cuenta que los peces no regulan su temperatura, sino que están en relación a la que hay en el medio, entonces ese incremento de la temperatura hace que la actividad metabólica de los peces esté muy alta, y que por ende tengan mucha hambre y estén muy voraces”.
En esa misma línea, el funcionario planteó que si empezara a crecer el río “el volumen de agua que vaya llegando hará que la temperatura vaya bajando o diluyendo”. No obstante, aseguró que una vez terminada la temporada de altas temperaturas propias del verano en Formosa y la región Norte “el problema de las pirañas se disipan por completo y otra particular es que como la piraña tiene una voracidad impresionante, mayormente es predadora de la cría de otras especies, pero, a raíz de que hace tres años que el río está muy bajo, eso hace que haya poca cría. Es decir, que la oferta de alimento también es poca, sumando a que otro factor podría ser que esté más nerviosa que de costumbre”.
Del Rosso insistió en señalar que “este es un problema de todos los años, que ha existido desde siempre y hemos lidiado con él, y ante lo cual, desde hace tiempo se comenzó a implementar medidas de precaución como poner mallas a las zonas balnearias para disminuir este problema, por eso, lo normal es que el río tenga pulso de inundación y de sequía, ya que cuando permanece bajo durante mucho tiempo es terriblemente perjudicial para la reproducción de los peces”.
Finalmente, dijo que “esta situación de sequía y nivel hídrico bajo en términos de conservación de fauna íctica es lo peor que hay, así que esperamos la llegada de una creciente sostenida con al menos tres o cuatro meses con el río por encima de los cuatro a cinco metros”.