Recortes en oncología
Afirman que en Formosa “gracias al gobierno a los pacientes no les falta la medicación”

Las enfermedades oncológicas y la dificultad para acceder a tratamientos en la Argentina volvieron a ser noticia. La crueldad del gobierno nacional ya cruzó el océano. La cadena alemana DW difundió un documental sobre la interrupción de tratamientos, la falta de provisión de medicamentos a hospitales y el freno de programas de detección precoz, entre otras medidas que impactan sobre quienes enfrentan enfermedades y que no pueden esperar.
Recibí las noticias en tu email
El Gobierno nacional de Javier Milei dispuso la eliminación del Instituto Nacional del Cáncer (INC) y del Instituto Nacional de Enfermedades Cardiovasculares (INEC), de acuerdo a la reestructuración del sistema de salud público nacional, y sobre el tema, la médica oncóloga Mabel Gil, responsable del Servicio de Oncología del Hospital de Alta Complejidad de Formosa, hizo referencia a lo que significó esa medida. “Para nosotros desde el área de oncología en la provincia este cambio en el Instituto Nacional del Cáncer que se cerró, como también el área de cuidados paliativos, que antes se basaba en lo que es capacitación, cursos y módulos, fue un duro golpe”, dijo al tiempo que afirmó que “gracias al Gobierno provincial a los pacientes no les falta la medicación”.
“Se cortó todo –agregó- como también lo que se distribuía, que era morfina y metadona en comprimidos de producción nacional, que se producían en un laboratorio de Rosario y se distribuían a todo el país. Era una ayuda muy grande para la provincia que ayudaba en la distribución local. Eran de otra formulación distinta, en el gramaje, de lo que hay en la farmacopea habitual en las farmacias, fue una carencia muy importante, y el Gobierno de la provincia tuvo que afrontar todo eso”.
“Gracias a esto –agregó- no les falta hoy en día esa medicación tan fundamental para estos pacientes, así como también a los pacientes no oncológicos con enfermedades crónicas que padecen dolor crónico y que requieren de esta medicación”.
La oncóloga indicó que en el caso de las capacitaciones, la provincia se vio afectada por las medidas de desfinanciamiento nacional en “prevención o rotaciones, ya que había un sistema de capacitación a través del Instituto que remuneraba a la gente que se capacitaba e iba a rotar a Buenos Aires en cuatro meses y en distintas áreas, como cirugía oncológica, en la realización de mamografías con los técnicos o en cuidados paliativos; entonces, todo eso, al cortarse, se interrumpe la formación, porque es difícil y más a esta altura, debido a cómo está en el país la situación económica, en el hecho de poder solventarse esas capacitaciones”.
Morir de cáncer por no recibir medicación
En los últimos días, las enfermedades oncológicas y la dificultad para acceder a tratamientos en la Argentina volvieron a ser noticia. No solo a nivel local. La crueldad del gobierno nacional ya cruzó el océano. La cadena alemana DW difundió un documental sobre la interrupción de tratamientos, la falta de provisión de medicamentos a hospitales y el freno de programas de detección precoz, entre otras medidas que impactan sobre quienes enfrentan enfermedades y que no pueden esperar.
A la mirada internacional se sumó la triste noticia de la muerte de la cantante Araceli Julio, de 39 años. Referente de la escena ská, mamá de una niña y un adolescente, luchaba contra un cáncer de mama con metástasis. Ella misma lo había contado el año pasado, cuando difundió un video para denunciar que el Estado había dejado de proveerle la medicación que necesitaba para seguir con vida: dos ampollas cada 21 días de 5 millones de pesos cada una. Hasta la asunción de Javier Milei la recibía normalmente. La artista judicializó su reclamo y ganó, pero el Ministerio de Salud apeló. Cuando las drogas finalmente llegaron, fue demasiado tarde.
Menos visible fue otra novedad que involucra a pacientes oncológicos: la absorción del Instituto Nacional del Cáncer (INC) por parte del Ministerio de Salud. Desde esa cartera –conducida por Mario Lugones- aseguraron que las funciones del organismo no se perderían. Sin embargo, los efectos de esa disolución –orquestada en marzo aunque oficializada este mes– ya se perciben.