Argentina el país a contramano del mundo
La lógica y el sentido común fijan la conducta y las normas que regulan la vida del hombre, cuando nos apartamos de ellas comienzan los problemas, nosotros los argentinos con razonamientos muy particulares y fundamentalmente con actitudes individualistas pretendemos que nuestra conveniencia e interés primen sobre lo primero, las consecuencias de esta actitud están a la vista, vivimos de contramano del mundo y como en la obra de teatro del dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez “Barranca Abajo” nuestra actitud ante la vida determinan igual destino fatal al que tiene Don Zoilo el personaje central de dicha obra que de estanciero rico por errores y desatinos termina arruinado colgándose de un árbol.
Sin duda pareciera que un estigma siniestro marcara nuestro destino ya que de ser uno de los 10 países más ricos y opulentos del mundo hoy somos reconocidos como insolventes y mal pagadores que mendigamos nos perdonen deudas o nos tengan por caridad lastima y acepten nuestras falsas promesas de pago.
Hace dos años que venimos tratando de renegociar la deuda por un monto excepcional que la administración de Mauricio Macri contrajo con el FMI, todos tenemos conciencia al igual que las autoridades del organismo internacional y el gobierno de los EE.UU. quienes dieron el OK final para su otorgamiento que el mismo en las condiciones acordadas era de imposible cumplimiento, sin embargo primaron los intereses políticos y electorales de Mauricio Macri, como los intereses geopolíticos de Donald Trump y nos otorgan un préstamo de 57.000 millones de dólares de los cuales se tomaron 44.000.- millones de dólares que son los que están en negociación.
Aquí vale detenernos y en primer término establecer responsabilidades dado al resultado adverso que para las dos partes significa su indefinición, una por la imposibilidad que tiene de pagar y la otra para cobrar. Estamos ante un una operación financiera atípica por los intereses políticos y geopolíticos que primaron por sobre los económicos-financieros, esto determina la excepcionalidad con que la misma debe ser encarada y solucionada, a ambas partes la demora en su definición y concreción las perjudica, ambas incumplieron las normas que a cada uno tenía por ello deben asumir las consecuencias de sus propios actos de irresponsabilidad, o para decirlo con más decoro “culpas o errores.”
Ahora bien ambas partes coinciden en la necesidad de un plan de recuperación de nuestra economía para que se pueda zanjar esta crisis de la deuda y se solucione así el problema, ¿Entonces? ¿Dónde están las diferencias? En la implementación de cómo se reestructurará la economía de nuestro país para que la misma sea eficiente y sustentable y nos permita crecer y pagar sin sufrir costos sociales imposibles de afrontar.
Nosotros estamos atrapados en la testarudez ideológica y egoísta de Cristina Fernández de Kirchner que solo busca castigar a la Administración Macri boicoteando subrepticiamente cualquier arreglo. El Ministro Guzmán que no es claro en su conducta guiado por quien fuera su profesor y de quien continúa siendo su discípulo el economista Joseph E. Siglitz quien mantiene con el FMI desde hace ya décadas una fuerte animadversión ideológica como bien lo expone en su libro “El malestar en la Globalización “ del año 2002 y que mantiene a lo largo de su extensa bibliografía, y el Presidente Fernández que haciendo honor a sus habituales procederes de zigzagueo en su política internacional solo logra demostrar extravío e inoperancia, esto no es una opinión sino una realidad que se pone en evidencia con el alineamiento inexplicable con Venezuela, Cuba, Nicaragua y particularmente con China y Rusia alcanzando el grado de irresponsabilidad con Irán cuyas autoridades están fundadamente sospechadas en la organización y participación de los dos atentados terroristas más grandes sufridos en nuestra historia.
El FMI hace equilibrio entre lo que su establishment burocrático trata de cubrir responsabilidades y sus mandantes los países que integran el organismo internacional que quieren cobrar y castigarnos ejemplarmente por nuestros infinitos desvaríos e incumplimientos
Los EE.UU. que presionan políticamente con objetivos geopolíticos subrepticios.
Ahora bien las soluciones propuestas difieren en su concepción económica unos con propuestas populistas y los otros con la ortodoxia económica, una vez más acudamos a la historia que como bien dice el economista y político español Joseph Piqué “La historia no vuelve, pero rima”, todos coincidimos en la necesidad de encarar su solución dentro de las normas lógicas de la economía, aquí es donde comienzan a confundirse las cosas por motivos políticos, dogmáticos, geopolíticos por pareceres e intereses contrapuestos que nos llevan a este statu quo de no avanzar en su solución.
EE.UU. en 1929 y comienzos de la década del 30 sufre la crisis económica-financiera y social más grave de su historia, el presidente Hebert Hoover buscó las soluciones inicialmente ortodoxas que la economía le indicaba y solo logro agravar la crisis, pierde las elecciones y el nuevo presidente Franklyn Delano Roosvelt propone y lleva a cabo el famoso New Deal, Plan este inspirado en el pragmatismo económico logrando así sacar al país de la tragedia.
No debiéramos nosotros con audacia y valentía emular al estadista estadounidense y comenzar a evaluar su proceder para llevar a cabo un Plan como el New Deal que acorde a los tiempos que se viven nos saque de la encerrona financiera en que nos encontramos, desgraciadamente para ello se requiere que quien está al mando de la nave tenga liderazgo y honestidad personal e intelectual atributos estos que pareciera nuestro presidente carece o que arrojó al pozo del olvido.
Cuando con más intensidad castigó al mundo la pandemia, de forma torpe y estúpida dejamos pasar la oportunidad de lograr un acuerdo muy beneficioso para nosotros, pero primó el ideologismo de Cristina y una vez más embarró la cancha.
Resumiendo lo arriba expuesto pone en evidencia la incertidumbre que genera la actual administración con sus erráticos y torpes procederes que se traducen en el astronómico “riesgo país” que es el indicador de la tasa de interés que se debe pagar cuando emite deuda en el exterior en dólares el sector público como el privado.
No llegó la hora de terminar con tanta necedad y reaccionar como un pueblo adulto y sensato exigiendo a nuestros políticos que dejen de jugar con la suerte del país y acuerden antes que los ánimos se solivianten en lo interno y en el FMI pierdan la paciencia y se pongan más duros, terminado en el default el peor de los escenarios.
Diego Lo Tártaro