ENTREVISTA A FONDO
Capitanich: “El escenario no es el de junio, tenemos mucha esperanza de ganar”
El gobernador del Chaco y candidato a la reelección por el Frente Chaqueño señaló que las cosas cambiaron desde la derrota en las PASO y que el clima social es “otro, distinto”. Explicó la plataforma de gestión para 2023-2027 y planteó tres grandes objetivos: 200 mil puestos de trabajo, 20 mil viviendas y la urbanización de los barrios populares. Dijo que la pandemia cambió las demandas ciudadanas y que el mundo se encuentra en una transición global. “Hemos demostrado capacidad para gobernar, para generar obras de infraestructura, y garantizar y expandir derechos”, aseguró.
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El gobernador y candidato a la reelección por el Frente Chaqueño Jorge Capitanich charló largo y tendido con diario FORMOSA a días de las elecciones más importantes de la última década en la vecina provincia y en casi 40 minutos de entrevista dejó conceptos claros en cuanto a la actualidad política local, nacional e internacional, al tiempo que explicó en detalle los tres grandes objetivos para una próxima gestión: empleo privado, urbanización de barrios populares y construcción de viviendas.
También recordó el episodio del primer debate electoral cuando fue agredido por su principal rival, el macrista Leandro Zdero. Y se hizo de espacio para hablar de literatura, sus sueños y la juventud.
—Este año se cumplen 16 años desde que usted asumió. ¿Qué tiene para ofrecerle en los próximos cuatro años a la provincia del Chaco?
—Un plan de gobierno que está conformado con un Plan Chaco 20/30; un Plan Quinquenal 2023-2027, metas de crecimiento del Producto Bruto Geográfico del 5% anual acumulativo; reducción de la informalidad laboral al 30%, incremento y expansión del empleo formal a 200 mil personas, una estrategia para el desarrollo de la producción agrícola hasta llegar a 3 millones de hectáreas, conjuntamente con un modelo de 5 millones de cabezas de ganado mayor o menor, USD1.500 millones de exportación e incremento del ingreso por habitante dólares de paridad adquisitiva. Nosotros hemos podido demostrar durante nuestra gestión que crecimos al 5,7% anual acumulativo, que logramos superar los 100 mil empleos privados formales, que pudimos ejercer el liderazgo en exportaciones del NEA y a su vez de duplicar el ingreso por habitante, de USD 7 mil a USD 14 mil de paridad adquisitiva. Por supuesto eso es muy importante, pero insuficiente. También hemos demostrado nuestra capacidad en 21 hitos de gestión. No pretendo enumerarlos a todos, pero sí es importante decir que tenemos dos puertos estratégicos: Las Palmas y Barranqueras, 1.300 kilómetros de rutas, llegamos a 14 mil cuadras de pavimento urbano, 820 escuelas nuevas, ampliadas o reconstruidas a nuevas, y 1.500 edificios intervenidos de 2.533 en total; logramos 52 hospitales ampliados nuevos o refaccionados a nuevo de 58 en total, 250 centros de salud, 76 comisarías intervenidas con obras de las 92 existentes, 3 mil kilómetros de red de fibra óptica en 70 municipios, garantizar el derecho del deporte a innumerables deportistas en esta última etapa con $17 mil millones de inversión para llegar a 500 clubes, 25 centros culturales, pasar de144 mil a 361 mil conexiones domiciliarias de agua potable; pasar del 25% al 52% de la cobertura en materia de cloacas; llegar con el gasoducto troncal conjuntamente con 38 ramales de aproximación; y tener 587 hectáreas de parques industriales. Bueno, todo eso creo que es muy importante. Tenemos experiencia, capacidad para gobernar y resultados demostrables. Hemos bajado la deuda de $740 mil millones a $130 mil millones en precios constantes. Logramos superávit fiscal primario y financiero en cuatro años por primera vez en 70 años. Hemos podido demostrar capacidad para gobernar, para generar obras de infraestructura, para garantizar y expandir derechos y también para propiciar acciones. ¿Y qué es lo que le ofrezco a la ciudadanía chaqueña? Aparte de este programa completo e integral, le ofrezco tres metas muy significativas. Primero: 50 mil títulos urbanos para garantizar tu propiedad. Esto significa lograr una inversión de $600 mil millones para un título de propiedad, vivienda digna, vereda, cordón cuneta, cunetas revestidas de ladrillo, plazas y plazoletas de ladrillo, pavimento urbano, alumbrado público, energía eléctrica, agua potable, cloacas, conexión a internet, desarrollo del gas en los parques industriales, promoción del acceso a derechos. Eso es un gran componente de una política pública porque tiene efecto derrame. Segundo: la construcción de 20 mil viviendas con el sector público y privado. Y tercero: más de 200 mil empleos en las 20 cadenas productivas sumadas a la economía productiva, la economía del conocimiento, la economía ambiental y circular y la economía energética. Ese es el gran desafío. Proponemos capacidad para el ejercicio de gobierno; administrar bien las finanzas; generar saneamiento y competitividad en las empresas públicas; resolver los problemas que aún quedan pendientes como en un tema latente de la sociedad que es más seguridad pública: perfeccionar la calidad en los servicios; sanear estructuralmente las empresas públicas y garantizar el completamiento del plan de gobierno que mejore todos los indicadores en forma progresiva.
—Usted enumera todos estos logros a lo que suma una plataforma de gobierno que también es concisa. Entonces, ¿qué pasó el 18 de junio, por qué el Frente Chaqueño no obtuvo un resultado acorde a esos avances?
—Efectivamente hubo otros factores que incidieron en el resultado electoral en un contexto de carácter nacional también y, obviamente, un escenario que se alteró por un hecho de conocimiento público. En tren de decidir, la gente también tiene una configuración del voto en las PASO con distintas características respecto al voto en una elección general. Hay que ver. Esto va a ser un sistema de voto de pulsión política por una razón muy sencilla: el voto se va configurando y muchos deciden con 72 horas la anticipación, otros con 48, otros con 24, o incluso el mismo día de las elecciones. Estamos viendo un escenario político más movido.
—Pero ya no es el mismo del 18 de junio.
—No. Observo que no es el mismo del 18 de junio y lo hemos observado también el 13 de agosto. O sea, surgen nuevos requerimientos de la sociedad, nuevos exponentes de esos requerimientos y hay una configuración del voto sociocultural que combina múltiples variantes. Yo siempre transmito que el voto tiene características desde la conformación como por ejemplo el voto sociológico, el voto ideológico, el voto territorial o el voto motivacional de carácter emocional. Hay muchos factores que inciden en el voto y hay que ver exactamente qué es lo que puede ocurrir el domingo 17 de septiembre.
—¿Era ingenuo pensar que después del experimento social más grande de la historia como fue la pandemia, el electorado iba a seguir respondiendo con las mismas demandas o que los dirigentes políticos les iban a llegar con las herramientas de siempre?
—La pandemia ha reconfigurado el patrón de comportamiento de la conducta humana y obviamente generó también otro impacto desde en la salud mental de la población. Por eso, son otros los temas de agenda y de demanda. Nosotros lo hemos advertido de una manera clara y rigurosa. Y en ese contexto, uno tiene un esquema de andamiajes desde en el ejercicio de las políticas públicas. Yo siempre comparo dos cosas. El caso del dengue en 2009 que casi llegó a la misma cifra que en 2023. Sin embargo, tuvo un nivel de instalación mediática extraordinaria en 2009 porque todos los medios nacionales configuraron su presencia aquí en el Chaco. Fueron los mismos indicadores cuantitativos este año, pero con distinto impacto comunicacional. La comunicación naturalmente incide en la instalación de los casos. También es cierto que la pandemia no es solamente una reconfiguración del voto, sino también de la conducta humana porque también generó consecuencias directas en el comportamiento y en la salud humana, pero también en el diseño macroeconómico mundial. Hubo incremento de la inflación, impacto recesivo y esquemas de despidos masivos. Uno cuando mira al mundo, 1.000 millones de personas trabajan en el empleo formal, 3.500 millones en el empleo informal y 4.500 millones es la fuerza laboral. Pero también la pandemia puso al descubierto el tema del desfinanciamiento del sistema de seguridad social, el deterioro del estado de bienestar y, por supuesto, el aumento de la incertidumbre global. Por eso creo que la combinación de pandemia, más sequía severa, más dengue, más guerra externa que alteró la estructura de precios relativos, más alta inflación, ha generado un combo plagado de dificultades. Por eso gobernar en estas condiciones no ha sido fácil, ni en el país ni en el mundo, y mucho menos en la provincia.
—Usted habló del tema de los medios nacionales instalados en 2009. Este año también se instalaron acá. ¿Cómo se lucha contra la desinformación?
—Es muy difícil combatir las fake news y es muy difícil combatir la concentración del poder económico. Eso lo definí no solamente en el libro “Argentina Merece Más”, sino también en multiplicidad de escritos y conferencias en las que expongo lo que yo vengo observando en la realidad política mundial. Hay un problema de insatisfacción democrática y los jóvenes y las mujeres lo expresan en mayor densidad. Hay un problema de cambio climático que aumenta los grados de incertidumbre en la vida personal. Y también hay un tema clave que son las desigualdades sociales en la estructura de la distribución del ingreso. Hay mucha bibliografía hoy, como el libro de Thomas Piketty “Capital e Ideología”. Lo mismo que François Dubet, que plantea el esquema de igualdad y oportunidades en una sociedad compleja. También lo han observado otros autores y economistas que han abordado el tema, como Yuval Harari, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que plantea el problema latente de una potencial guerra nuclear o, eventualmente, la disrupción tecnológica. Como Joseph Stiglitz en “Capitalismo Progresista”. Es decir, hay muchos análisis que surgen, lo mismo que (Michael) Sandler, desde el punto de vista de la meritocracia. Hay tantos factores que inciden hoy en el mundo y que ineludiblemente impactan de una manera muy pertinaz en el diseño del juego político. Yo siempre recomiendo dos libros de Henry Kissinger. Uno es “Diplomacia” y el otro es “Liderazgo”, que es muy interesante porque cuenta la historia desde Charles De Gaulle y líderes que han tenido una responsabilidad importante en la vida de los países. Me parece que ese es el tema clave. Es necesario plantear que el mundo cambia y esa mutación va experimentando nuevos conceptos. Entonces, contra las fake news es absolutamente imposible luchar en virtud del poderío de las corporaciones. Yo siempre digo que la contradicción es democracia versus corporaciones. Las corporaciones se han apropiado del Estado para satisfacer intereses minoritarios y excluir los derechos de la mayoría deteriorando el estado de bienestar y generando la insatisfacción democrática. Por lo tanto, no es una cuestión fácil ni sencilla.
—Usted y Cristina Kirchner son dos de los que en 2010 ya hablaban de la reconfiguración del mundo de unipolar a multipolar, escenario que ahora está claro con Estados Unidos por un lado y China y Rusia, por otro. ¿No es hora de desempolvar la doctrina peronista y que Argentina fije esa famosa tercera posición para una mirada equidistante tanto de Estados Unidos como del nuevo orden que proponen Putin y Xi Jinping?
—Mi impresión es que el mundo va hacia una dinámica de carácter multilateral. Es decir, la unipolaridad hegemónica con la caída del Muro de Berlín se ha reconfigurado después de la bipolaridad, pero a su vez creo que hay una multipolaridad en ciernes. Por ejemplo, el nivel de la política exterior me parece que debe combinar satisfactoriamente valores con intereses. Argentina predica valores de la democracia, de derechos humanos, el ejercicio pleno de libertades públicas, pero también y al mismo tiempo tiene intereses estratégicos con otros países que incumplen estos valores. Entonces, el análisis realista del mundo siempre hay que configurarlo desde el punto de vista de cuatro hitos históricos: el Congreso de Viena de 1815, cuando el vizconde de Castlereagh (Robert Stewart, II marqués de Londonderry) y el barón (Klemens) von Metternich plantearon el proceso de restauración monárquica después de la invasión napoleónica y obviamente la irrupción de la república como un componente básico de la Revolución Francesa; pero después, el Congreso de 1878; y también el Congreso de Berlín, fueron parte de la irrupción progresiva de la autonomía progresiva de la independencia de países; y finalmente, en 1919, con el Tratado de Versalles y la Primera Guerra Mundial, que es otro esquema de reconfiguración del mundo con un proceso de descolonización masiva a través de la conferencia de San Francisco que dio en claro la pertenencia al sistema de Naciones Unidas. Hoy el debate tiene que ver con el multilateralismo, la capacidad de combinar valores con intereses, y Argentina tiene una posición estratégica en el mercado internacional. Primero porque nosotros producimos alimentos, energía, minerales estratégicos, productos de alta tecnología que pueden ser demandados por distintos países del mundo, y a su vez, si uno tiene que pensar en una base exportadora con agregación de valor, uno debe pensar en lo siguiente, que Argentina hoy tiene el equivalente a 32 millones de hectáreas y puede llegar a 65 millones de hectáreas producidas. Pero si se puede estabilizar en 45 millones de hectáreas, puede llegar a 200 millones de toneladas. Entonces Argentina puede ser una base de producción alimenticia muy fuerte. Segundo, en cuanto a minerales estratégicos, Argentina puede producir no solamente litio, puede producir oro, plata, potasio, uranio, es decir, producir muchos bienes de minerales estratégicos en el mundo y eso, como el cobre también, implica la posibilidad de aumentar sustancialmente las exportaciones en ese rubro hasta llegar a USD15 mil millones o USD20 mil millones de una manera progresiva en los próximos diez a quince años. Del mismo modo que lo que significa gas o petróleo no convencional como así también combustibles líquidos, hidrógeno verde o azul, como también el sistema de producción de energía solar y eólica. Y eso tiene que ver con las capacidades que nosotros podemos tener como así también componentes tecnológicos de nanosatélites, satélites, radares, o hasta el componente básico de los reactores nucleares. O sea que Argentina es un país que ineludiblemente tiene un rol estratégico a nivel mundial. Participa en el G20, en el G77+China, también en Unasur con lo que significa la unidad con el resto de los países de América Latina y el Caribe con la Celac. Hay que sumar el liderazgo que Argentina ha tenido en la región desde el punto de vista de la estabilidad democrática, el respeto irrestricto a los derechos humanos y la iniciativa internacional para promover la paz mundial. Es un tema que forma parte de los debates del siglo XXI en un sistema en que las tensiones serán permanentes. Pero no cabe la menor duda que la reconfiguración de bloques o de estrategias también tiene mucho que ver con el multilateralismo como actor relacional de la política exterior de Argentina.
—Desde espacios anteriormente aliados hubo críticas en torno a que en esta gestión 2019-2023, su gobierno priorizó a algunas minorías por sobre mayorías, por ejemplo, los trabajadores.
—Nosotros no consideramos que las mujeres sean una minoría, sino que tenemos la igualdad de género como una premisa indispensable. Muchos nos critican la perspectiva de género o la equidad de la mujer. Para nosotros no representan una minoría, sino una mayoría en la composición social de la Provincia del Chaco. La segunda cuestión es el respeto a la diversidad, es lo mismo que el respeto a los cultos y a la diversidad de religiones. El Chaco tiene una identidad plurilingüe, multicultural, pluri-religiosa y espiritual que nosotros la defendemos. Yo tengo profesión de fe, soy católico apostólico romano, practicante, tengo mucha fe en Dios, pero bueno, soy muy respetuoso de los que son agnósticos o ateos. Por lo tanto, mi rol como gobernador de la provincia es liderar una sociedad heterogénea con unidad en la diversidad. Respeto claramente a las minorías, como corresponde hacer, y me preocupo por garantizar los derechos a las mayorías. O sea que, me parece que esas son críticas aviesas, malintencionadas, malsanas, y sobre todo, carentes de fundamento, porque la verdad es que nosotros nos preocupamos de hacer el esfuerzo para resolver el problema del mayor número. Eso no significa que resolvamos todos los problemas, porque eso es imposible para cualquier gobierno.
—¿Usted cree que ahí lo que está faltando es el pensamiento de la solidaridad en la sociedad?
—Sí, claramente. Lo que está ocurriendo en la modificación estructural de la conducta humana es una tendencia atroz por el individualismo exacerbado. Eso significa hacer lo mío y no preocuparme por el otro, por lo tanto, lo que estamos rompiendo son los lazos de solidaridad de la vida humana. Muchas veces hay disputas de pobres contra pobres, en muchos casos patrones socioculturales, de los pobres respecto a otros pobres. Muchos plantean la exclusión del Estado, la eliminación del Estado o la restricción del uso del Estado, pero ¿qué hacemos con un bebé abandonado de 45 días si no somos capaces de dar una cobertura en un espacio convivencial alternativo, que son 16 en la provincia? Nosotros tenemos que ser capaces, con mucho amor y mucha enjundia, resolver problemas que definitivamente los debería resolver otra parte de la sociedad. Ese es el rol que tiene el Estado para atender múltiples facetas de las personas en una sociedad con enorme conflictividad. Siempre transmito lo siguiente: el Chaco sufre las consecuencias también de un país que tiene trece años de inestabilidad macroeconómica y más de 200 años de inestabilidad crónica, estructural, con vaivenes. Entonces necesitamos también, argentinos y argentinas, tener una dosis de racionalidad y sensatez para articular mecanismos de consenso. Creo que las disputas muchas veces duras entre sectores impiden generar las condiciones o el diseño de políticas públicas que sean estructurales para resolver los problemas. Argentina es ingobernable si cada cual pretende hacer lo suyo. Nosotros aquí hemos tenido la posibilidad de abrir los brazos para convocar a todos, pero la oposición siempre se mantuvo opositora, y también dentro de nuestro mismo espacio, el desgranamiento tiene que ver con intereses individuales, no en la capacidad de construcción política.
—¿Cómo lo afectó el ataque del candidato Zdero en el primer debate, cómo lo tomó usted, que en ese momento se lo vio muy emocionado. Es algo que ya pasó o sigue latente?
—Eso es una cuestión que nunca se va a borrar de mi memoria y de mi corazón. Porque es de una conducta malsana y maligna por parte de una persona hacer y mentir falsamente. Porque aparte mintió. Y porque la verdad es que lo que hizo es afectar la memoria de mi madre muerta. Eso no se hace, no se debe hacer nunca, y eso muestra la calidad personal de esta persona. Es una mala persona, y esa mala persona ni siquiera asumió la necesidad del perdón público. Eso no se hace, pero eso configura lo que es. Esta provincia no puede ser conducida por una mala persona que es capaz de hacer cualquier cosa con tal de atacar al adversario. Eso es lo que es, aparte de ñoqui, mala persona.
—¿Dónde y cómo se ve el domingo a la noche, después de las elecciones?
—A las 22.30, cuando me llames, te digo. A ver, nosotros estamos muy tranquilos, porque hemos dejado lo mejor de nosotros en la gestión de gobierno. Nos sometemos al voto popular y al veredicto ciudadano y lo hacemos con la fortaleza anímica y espiritual que hemos tenido en la inspiración en diversos actos de nuestra vida. Así que, la verdad es que estamos atravesando este último período electoral con mucha alegría, con mucha empatía de carácter social, y con mucha esperanza de ganar las elecciones de una manera contundente y seguir transformando la provincia.
Coqui distendido y sin cassette
-Un libro. Tengo prácticamente 10 mil libros en bibliotecas dispersas. Uno que me marcó en la adolescencia es “Las Sandalias del Pescador”, de Morris West. Me encantó ese libro. Y no sé por qué me marcó tanto. El mejor cuento para mí es “Funes, el memorioso”, de Borges. Pero también destaco desde Mariano Quirós hasta Mempo Giardinelli, pasando por autores chaqueños que también marcaron una trayectoria. Me gusta la literatura, pero leo mucho lo que tiene que ver con cuestiones económicas, políticas, filosóficas.
• Un error. Uno a lo largo de su vida puede cometer muchos errores. Quizá el exceso de confianza puede ser un error.
• Un sueño. Cumplir los grandes objetivos peronistas: la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria, por lo cual sueño con un país unido, con desarrollo económico, cumpliendo efectivamente los tres grandes principios: justicia social, independencia económica y soberanía política. Es un sueño que todavía anida en mi corazón.
• La justicia. Necesita una reforma extraordinaria. No se puede funcionar con esta justicia. Hay que fundar una quinta república. No podemos tener un poder corporativo enquistado en un país bien estable.
• La corrupción. Se combate con justicia autónoma e independiente, pero también con rotación y consenso.
• La paz. Un anhelo colectivo de un mundo que vive en guerra. Y lamentablemente, si no desterramos la carrera armamentista, nunca vamos a tener paz. Se necesita reconfigurar el pensamiento, pero en forma desapasionada, para entender que el bien común es principalmente aplicar el sentido común.
• Los jóvenes y el futuro. Pueden tener un futuro en la patria porque son también el presente. Hoy responden a otras actitudes, son más libertarios y no están embanderados en grandes luchas políticas paradigmáticas de la acción colectiva. Prefieren entender una concepción de la vida desde una perspectiva más individual. Pero es parte de una nueva realidad y nosotros tenemos el deber desde el punto de vista político de dejarle un mejor país a todos.