TERCER MILENIO
Confianza en que la cohesión política alivie las tensiones sociales y económicas
Hace tiempo que en el seno de la Liga de Gobernadores, de la que forma parte Formosa, viene trabajando con ideas, propuestas y gestiones a nivel nacional para que se morigeren en sus jurisdicciones los impactos sociales y económicos de la herencia macrista y la pandemia por el coronavirus.
Con la comprensión popular que, en el caso de esta provincia se ha conseguido que haya una amplia cobertura en materia de inmunizaciones ya que se ha contado siempre con stock de vacunas para responder a la demanda comunitaria para la prevención de la covid-19 y de la gripe estacional.
Aquí estuvieron los mandatarios de la Región Norte Grande que han mantenido firme sus inquietudes por los efectos perniciosos de un centralismo porteño que sigue vigente y que en muchas ocasiones obliga a acentuar la necesidad de respetar a rajatabla la mirada federal en la gestión del Gobierno nacional.
Es cierto que no todo es consecuencia de la dinámica Nación-provincias ya que a ello se suma una permanente campaña de desprestigio y desmerecimiento hacia las provincias y sus autoridades desde las definiciones judiciales sobre casos denunciados y que muestra evidente inclinación hacia la situación de quienes integran las legiones opositoras al actual gobierno nacional y popular.
Se suma a ello, el manejo casi excluyente de los principales medios de alcance nacional radicados en la Ciudad de Buenos Aires, al discurso , en la mayoría de los casos falaz, burlón y agraviante por parte de comunicadores que se autoproclaman independientes aunque perseveran en una descalificación constante de las máximas autoridades nacionales y provinciales olvidándose de sus propias culpas que se han convertido en una herencia difícil de revertir por el tamaño de la deuda que dejaron y condicionan el futuro argentino y por la gravosa pandemia.
Pero también -y en ese sentido se repite lo acontecido tras la constitución y el triunfo electoral de Cambiemos en lo atinente al rol y el protagonismo de los socios naturales de la alianza- en el Frente de Todos quedaron evidentes diferencias de concepto, criterio y gestión entre los partidos a el vinculados.
La salida de Martín Guzmán del ministerio de Economía tras encargarse casi exclusivamente de manejar la estrategia en las negociaciones para resolver el endeudamiento interno y externo -en este caso sobre todo por el que contrajo Mauricio Macri por casi 50.000 millones de dólares- dejó en evidencia una situación de crisis política con impacto en la economía y en la realidad social de los distintos sectores de la vida nacional, sobre todo la de los sectores más vulnerables.
Tras un mes de duración, se alcanzó a recrear un fortalecimiento de la cohesión política interna y ya se trabaja en la presentación de anuncios inminentes que tienen que ver con la inauguración de una necesaria nueva etapa en la gestión del gobierno nacional.
Nadie ignora que en los movimientos que se pudieren decidir para la conducción de las distintas áreas del poder Ejecutivo, el cambio de hombres y nombres también son sometidos a andanadas de críticas que tienden a anticipar fracasos antes que los elegidos asuman sus cargos.
Hubo una renovación importante en el elenco ministerial y es inminente el lanzamiento de nuevas medidas que se propician para mejorar la situación que inquieta a los distintos actores en juego.
Todo indica que la tensión se detuvo y hasta tiende a calmarse para facilitar desde la prudencia, el respeto y el consenso que se vaya fortaleciendo un proceso de ordenamiento de la situación de los habitantes del país.
El acuerdo con el FMI es probable que tenga sus secuelas y que sean los movimientos sociales y los sectores gremiales los que hagan públicas sus opiniones y posturas sobre lo que encaren los elegidos para encargarse de áreas esenciales de la estructura gubernamental.
Todo indicaría que el apoyo de los gobernadores a las decisiones tomadas y a las medidas por conocerse públicamente, facilitarán la marcha del país hacia una instancia de mayor distensión y armonía.
De todos modos, el ingreso a una etapa en la que ya está a la vista la campaña electoral con miras a 2023 revela que es posible que las aguas que se están calmando probablemente tengan cierta tendencia a la agitación.
Mientras ello sea para el debate y cotejo de ideas bienvenido. Pero –como siempre se ha repetido desde esta columna- las partes intervinientes son como el agua y el aceite y se ha acrecentado el odio y la grieta de tal modo que nunca se estará seguro de que los acuerdos serán respetados o tendrán validez en el tiempo.
La ciudadanía- que ahora está haciendo números para afrontar la segmentación de los subsidios a la electricidad- será la que juzgue el accionar y el mérito de las partes cuando llegue el momento de emitir su voto.
Por lo visto, los hombres más ricos del país pagarán la misma tarifa plena que los empleados de cierta jerarquía, así como legisladores, magistrados y funcionarios ejecutivos cuyos ingresos superen los 365.000 pesos, habiéndose desmerecido la situación diferente de los habitantes de Formosa que son electrodependientes puros y se aprestan a sufrir los rigores de un verano caliente.
Justo L. Urbieta