JORGE CAPITANICH, EN EL ESCENARIO MEDIÁTICO NACIONAL
Coqui: “Un gobernador debería ser candidato”
El gobernador del Chaco fue entrevistado por el periodista Jorge Fontevecchia. El mandatario chaqueño se presenta como potencial aspirante a la Rosada para 2023 y sostiene que su eventual candidatura va más allá de si Alberto Fernández compite o no. Afirma que tiene un plan y que quiere fundar una nueva república. Por qué su provincia tiene un 52% de pobreza. Su posición frente al acuerdo con el Fondo y su relación con Cristina Kirchner.
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Así se desarrolló el diálogo con el Director de Perfil. Lo relevante es que poco a poco los medios nacionales y el círculo rojo de la política nacional, comienzan a prestar atención a las aspiraciones de un gobernador del interior profundo que, para que su instalación tenga anclaje en términos de competitividad electoral, necesita una cabecera de playa en el principal distrito electoral del país, como lo buscó Menen al poner a Duhalde en el 88, o Kirchner al apuntar a Felipe Sola en el 2003. Ahora la Provincia la controla Cristina, y el elegido no sería Kiciloff ni Martín Insaurralde, sino Wado de Pedro. A los intendentes del conurbano y del resto de la Provincia no les queda sino acompañar, para defender sus territorios. La dupla Coqui-Wado emerge como una alternativa que no genera rechazos en el Club de Gobernadores ni en el conjunto de los jefes comunales.
—¿Cómo es tu relación con Cristina Kirchner?
—Muy buena. Siempre ha sido una relación franca y muy cordial.
—¿Y eso qué quiere decir?, ¿que hablan con cierta asiduidad?
—Sí, sí, hablo con cierta frecuencia. A veces por razones vinculadas al ejercicio de la primera magistratura de mi provincia. Las veces que obviamente tengo la posibilidad de hablar, hablo muy profundamente de diversos temas.
—Sos una persona que creo que tenés una relación cercana con ella, ¿cómo evaluás esta situación de tensión entre la vicepresidenta y el Presidente y cómo creés que pueda afectar al futuro del Frente de Todos?
—Lo más importante es entender la lógica de la construcción, desde el punto vista político, de la candidatura de Alberto y la fórmula que integra con Cristina. Naturalmente, lo que uno observa en este proceso es que se construyó un espacio de unidad en la diversidad, y eso significa aceptar claramente distintas visiones, enfoques y perspectivas respecto del análisis de la realidad y la estrategia para la resolución de determinado tipo de problemas. He tenido la experiencia también de conflictos en la relación entre un gobernador y un vicegobernador. Pero finalmente hay que generar las condiciones para que los miembros de la fórmula que pueden manifestar ciertos enfoques disidentes tengan la capacidad para afrontar los desafíos de manera conjunta y poder canalizar las decisiones sin resquebrajar el frente político. Por lo tanto, mi visión es, primero, que la unidad del Frente de Todos va a ser una contribución entre todos y con todos para sostenerla. Segundo, es necesario también fortalecer el espacio para garantizar la toma de decisiones que impliquen resolver problemas. Tercero, esa es la garantía para tener un puente que permita competitividad electoral para 2023.
—¿Cómo resolviste vos en Chaco ese problema entre un gobernador y un vicegobernador?
—Ha sido difícil para mí resolverlo. Primero porque se dio en una circunstancia distinta, intentaba siempre extremar el diálogo, aun cuando a veces se dan circunstancias difíciles. En muchos momentos fue una relación más tensa, pero al final priman la sensatez y la racionalidad. En el caso del Chaco, el vicegobernador es el asesor del Poder Ejecutivo, por lo tanto no preside la Cámara de Diputados, que es unicameral, ni tampoco tiene otra función a desempeñar.
—Es un poco más fácil para ponerlo en términos concretos y además el vicegobernador no elige al gobernador.
—Exactamente.
—¿Tu posición frente al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la diferencia con la posición de una parte del kirchnerismo?
—La cuestión con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional radica en analizar básicamente cuáles eran las opciones. Entonces, lo más razonable para un país es establecer un proceso de reestructuración, es decir, que las obligaciones financieras que implican capital, intereses de la deuda, se puedan reestructurar de una sola vez y en el largo plazo. Pero obviamente tenemos con el Fondo un problema que tiene que ver con su convenio constitutivo, que tiene en su artículo 5 distintas secciones e incisos, las características del punto de vista de cómo se pueden cancelar las obligaciones, cómo se emiten los derechos especiales de giro y cuál es la estrategia posible. Entonces no hay posibilidad objetivamente de una reestructuración, sí de una refinanciación de pasivos. Eso significa la emisión de derechos especiales de giro por cada vencimiento y un sistema de revisión de carácter trimestral que en este caso se extiende por treinta meses. De manera que los márgenes de negociación son distintos y, en consecuencia, la opción más complicada es, efectivamente, el default. En el caso concreto del endeudamiento con el Fondo, lo que debemos admitir es, primero, que es un monto extremadamente elevado. Segundo, que no implicó una regulación de la cuenta de capital, lo cual implicó salida de capitales y, en consecuencia, la Argentina de 2015-2019 tuvo un endeudamiento en moneda extranjera equivalente a 100 mil millones de dólares, 88 mil millones de dólares de fuga de capitales y un endeudamiento con el Fondo de 44 mil millones de dólares. En consecuencia, mi planteo ha sido siempre que en estas condiciones y en estos plazos es una obligación de difícil cumplimiento y que era necesario maximizar las condiciones a favor de Argentina. Esas condiciones son, primero, la perspectiva de tener un período de gracia más extenso. Segundo, un plazo más extenso.
El acuerdo bajo la lupa
—O sea, te parece que este acuerdo es un buen acuerdo.
—Es un acuerdo posible dentro de las restricciones que esto tiene. Primero es un stock de deuda muy elevado. Segundo, supera la cuota admisible por el Fondo en 1.277 por ciento, no implicó la restricción desde el punto vista de la salida de capitales que genera un condicionamiento desde el punto de vista de su cancelación. Por lo tanto, es un problema amortizar el pago, pero también es un problema no pagarlo. En consecuencia, la experiencia de los países que incumplieron con el Fondo implica que después hay que pagar para restituir el esquema de negociación. Es absolutamente necesario que Argentina tenga una inserción en la comunidad internacional, para lo cual esto también dispara un sistema de efectos múltiples. Por ejemplo, la relación con los organismos internacionales de crédito, Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, Corporación Andina de Fomento, Fonplata. Es decir, hay múltiples organismos multilaterales de crédito que generan financiamiento en Argentina, el Club de París mismo. De manera que esto también trajo un horizonte. Es importante remarcar lo siguiente: primero, este acuerdo no es una solución si no se toman ciertas medidas que tiendan a generar las condiciones de aumentar y diversificar exportaciones, generar definitivamente la acumulación de saldo de balanza comercial, que a su vez incremente volumen de reservas y que, a su vez, independientemente de un acuerdo o no con el Fondo, el horizonte que es necesario plantear es el que generan las condiciones de estabilidad macroeconómica. Estas condiciones son: una regla fiscal que tienda al equilibrio, una regla monetaria que tienda a la estabilidad y una regla cambiaria que tienda a la competitividad. De manera que esto permita, sobre la base de la estabilidad cambiaria, estabilidad macroeconómica y la estabilidad macroeconómica, fomentar la inversión, que la inversión genere empleo productivo de buena calidad y que eso se convierta en un círculo virtuoso.
—Te escucho y tiene mucha racionalidad todo lo que vos planteás, pero no ha sido así la oposición de una parte del Frente de Todos. Concretamente, tenemos a Máximo Kirchner habiendo renunciado a la presidencia del bloque, a Cristina Kirchner tácitamente retirándose en el momento de la votación del Senado. ¿Esta posición que tenés, podríamos decir más clásica en términos económicos, te generó cierta distancia o tensión con el kirchnerismo?
—No, porque al momento de la exposición respecto del acuerdo, hecha pública por el Presidente y el ministro de Economía, manifesté en un hilo de tuits lo que efectivamente pensé y siempre he manifestado. Lo que pasa es que se puede discutir si la estrategia de negociación fue buena, si había que negociar primero con el Fondo y después con los acreedores privados, si las condiciones de negociación fueron laxas y si se debían generar otras condiciones. Eso es discutible.
Días que vienen
—¿Imaginás una conflictividad creciente, una inflación que va consumiendo los ingresos de la mayoría de las personas?, ¿el acampe en la 9 de Julio la semana pasada puede ser un indicio de lo que a lo mejor implique un incremento de la conflictividad?
—El acampe no es una manifestación de la conflictividad social, esencialmente porque tiene que ver con una perspectiva de ciertos movimientos empoderados, de un enfoque ideológico particular en términos de disputa política. Pero obviamente, sí existe un estancamiento desde la perspectiva de crecimiento y si la estabilidad monetaria está en tela de juicio por el aumento de la tasa de inflación y eso horada la estructura de ingreso de las familias, ineludiblemente se produce tensión. ¿Qué es lo que uno puede observar hoy? La diferenciación cualitativa entre los mercados laborales en el mundo, que son o rígidos o flexibles. Los rígidos, cuando hay crisis, por ejemplo la pandemia, tienden a tener restricciones desde el punto de vista del despido, pero ajustan por la informalidad laboral y esta tira abajo el promedio salarial o la inflación. O en el caso de los sistemas más flexibles ajustan por cantidad. Entonces lo que nosotros debemos observar es, y esta es mi preocupación, si no somos capaces de generar las condiciones de estabilidad cambiaria como precondición de estabilidad macroeconómica, estabilidad macroeconomía como precondición de inversión, precondición de inversión para la tasa de crecimiento, el empleo no tiende a ser de calidad.
—Vamos a suponer que vos puedas establecer un plan, que creas que tenés la experiencia en la gestión pública, que tenés los equipos. Dejame ir a las condiciones de posibilidad políticas. Mencionaste primero que el Presidente tiene todo el derecho de presentarse. ¿Vos creés que Alberto Fernández dice que va a ser candidato en las PASO porque es lo lógico para no quedar como un pato rengo, pero que llegado el momento, si las encuestas le muestran que no modifica el nivel de rechazo que tiene, puede dar un paso al costado para que el aire fresco de otro candidato peronista pueda ser mejor, más competitivo que él mismo?
—Esa es una decisión de tipo personal, pero se pueden dar distintos factores. Primero, el Presidente puede competir y evidentemente puede ganar o perder. Como todos nosotros también podemos competir, ganar o perder. Lo importante es ofrecer a la ciudadanía claramente una propuesta, y esa propuesta tiene que ser abierta y de debate público.
—Si te entiendo bien, aunque el Presidente se presentase, vos también te presentarías.
—Si decido, lo comunicaré, pero obviamente no es una condición sine qua non que se presente o no el Presidente. Es muy importante, dicho con todo respeto, porque creo que muchas veces en los distintos espacios políticos se cree como una falta de respeto que alguien pueda disputar el poder; muy por el contrario, es una gran contribución a la democracia. En el año 2011 tuve 86% de aceptación, gané por el 67%, diputé la interna porque hubo un candidato que quiso competir, y la verdad es que nadie se tiene que enojar. La política es así y si somos capaces de fortalecer los partidos políticos, fortalecer nuestros espacios de coalición, podremos utilizar en el buen sentido las primarias abiertas, obligatorias y simultáneas para un escrutinio público, porque a uno le puede ir bien o mal, nadie tiene garantizado el éxito.
—En ese sentido se habla de tres gobernadores. De vos, del gobernador de Tucumán, Manzur, y del gobernador de San Juan, Uñac. ¿Qué características tenés en común con ellos, en qué sos diferente, cuál sería el aporte único que vos tendrías?
—Primero, tenemos procedencias distintas, formaciones distintas y experiencias de gestión distintas. He tenido la oportunidad de ser dos veces jefe de ministros, senador nacional, tres veces gobernador e intendente. He tenido la posibilidad de experiencia en el territorio, quizá la de mayor acumulación en perspectiva de todos los gobernadores de las provincias argentinas. Segundo, conocimiento de las cuestiones que son esenciales, que aparecen hoy en la discusión política en Argentina y en el mundo. Y tercero, creo que ellos también, los aprecio mucho, tanto a Juan como a Sergio, me parece que son excelentes candidatos que pueden formar parte de eso.