Desde Herradura: celebrar y agradecer la Tierra
Vicky González y Omar Sosa son un matrimonio formoseño, que junto a sus hijos, llevan adelante un emprendimiento de Cabañas en Herradura, llamado La Madrina.
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Desde ese entorno natural, desde hace varios años, comenzaron a realizar la celebración a la Pachamama como una ceremonia familiar a la cual, con el tiempo, se fueron sumando amigos y conocidos.
Este ritual, que tiene lugar el 1° de agosto, proviene de los pueblos originarios andinos, y su fin es honrar a la Madre Tierra: «Pacha»,que en aimara y quechua, significa tierra, mundo, universo.
Para quienes habitamos el litoral argentino, más influenciado por las costumbres guaraníes, este día es sinónimo de la caña con ruda, una bebida que protege el cuerpo y el espíritu frente al inicio de la temporada de fríos, enfermedades y otros males que trae el mes de agosto.
A pesar de las distancias y las diferencias, estas tradiciones se conjugan, e incluso van agregándose particularidades propias, pero la esencia no cambia: se trata de honrar la tierra, cuidar nuestra casa, pedir por la salud y agradecer por todo lo que recibimos a diario.
En este contexto de pandemia, ya con algunas flexibilizaciones, se repitió la costumbre en el jardín de la provincia con algunos invitados, dentro de los cuales estuvieron jóvenes estudiantes de la etnia wichí, quienes compartieron su lucha por la defensa de la tierra y junto a los cuales fue posible relatar historias, expresar mensajes de agradecimiento y pedidos.
La ceremonia en sí, consiste en el sahumo con una hierba especial, la preparación de una serie de alimentos y bebidas que sirven de ofrenda (“challa” o pago) para “dar de comer” a la tierra y devolverle todo lo que nos brinda, los cuales se vuelcan luego en un pozo cavado en la tierra, que después es tapado y sobre el cuál se coloca una piedra para indicar su ubicación, ya que cada año se vuelve a usar el mismo sitio.
El eje central, en esta oportunidad, fue sin dudas tomar conciencia de nuestro rol en relación al planeta, de cómo podemos desde nuestras actitudes y acciones cotidianas cuidar a nuestro planeta, nuestra casa común, como la llama el Papa, y desde ahí contagiar y multiplicar. Desde la cosmovisión indígena, la tierra habla por medio de los fenómenos naturales: las sequías, las tormentas, las inundaciones, la pandemia misma y todo tipo de sucesos que ocurren hoy, nos indican la necesidad de un cambio de hábitos.
El año próximo, si las condiciones están dadas, se podrá repetir esta experiencia con aquellos que estén interesados, para lo cual pueden ingresar a las redes del complejo: https://www.instagram.com/complejo.lamadrina/
Si aún no lo hiciste, todavía podes tomar la caña con ruda para evitar los males de agosto, también, podes homenajear a la tierra en el espacio del que dispongas, pero sobre todo aún estás (y estamos) a tiempo de hacer algo para cuidar el único hogar que tenemos.