EL SHOW FUE UNA DEMOSTRACIÓN DE LA CONEXIÓN QUE LA BANDA MANTIENE CON SU PÚBLICO
Don Osvaldo desató la euforia en Formosa

Más allá de la música, el concierto de Don Osvaldo en Formosa fue una reafirmación de lealtad y un espacio de encuentro. Las banderas levantadas en alto, muchas de ellas con el pedido de justicia, eran un testimonio visible de la carga simbólica que esta banda lleva consigo.
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El viernes 11 de julio de 2025 quedará grabado en la memoria de miles de formoseños. Por primera vez en la provincia, la banda Don Osvaldo, liderada por el icónico Patricio (pato) Fontanet, desató una marea de emociones y rock en el club San Martín. Fue una noche que trascendió lo musical para convertirse en un verdadero ritual de comunión y resistencia.
Desde tempranas horas de la tarde, las inmediaciones del club, en el barrio San Francisco, se tiñeron de remeras negras, banderas con inscripciones de apoyo y el inconfundible ambiente prerecitalero que caracteriza a los seguidores de Fontanet. Venidos de distintos puntos de la provincia y la región, la expectativa era palpable: ver en vivo a una de las bandas más convocantes y emblemáticas del rock barrial argentino.
Cuando las luces del escenario se encendieron cerca de las 22 horas, la ovación fue ensordecedora. Pato Fontanet, junto a sus compañeros, apareció en escena para dar inicio a un recorrido musical que abarcó tanto los éxitos de Don Osvaldo como aquellos himnos que marcaron a fuego la historia de Callejeros. Cada acorde fue coreado, cada estrofa, cantada a viva voz por una multitud que se entregó por completo.
El show de más de dos horas de duración fue una demostración de la potencia y la conexión que la banda mantiene con su público. A lo largo de la noche, se sucedieron momentos de alta energía y también pasajes más íntimos, donde la voz de Fontanet, cargada de vivencias y reflexiones, resonó con una profundidad especial. Las letras, que abordan temas sociales, personales y la búsqueda de justicia, encontraron un eco profundo en los multitudinarios fans.
Más allá de la música, el concierto de Don Osvaldo en Formosa fue una reafirmación de lealtad y un espacio de encuentro. Las banderas levantadas en alto, muchas de ellas con el pedido de justicia y absolución, eran un testimonio visible de la carga simbólica que esta banda lleva consigo.
Al finalizar la noche, con la euforia aún latente y la promesa de un próximo encuentro en el aire, quedó claro que la primera visita de Don Osvaldo a Formosa no fue solo un recital; fue un evento cultural y social que selló un lazo inquebrantable entre la banda y su devota audiencia en el Litoral, demostrando la vigencia y el poder transformador del rock barrial.