Reconoce sus aportes en el campo de la física de neutrones
El físico formoseño Rolando Granada fue distinguido en Canadá con el premio John M. Carpenter

Durante años investigó una amplia variedad de materiales moderadores para producir haces de neutrones térmicos, y los resultados se utilizan hoy en diferentes instalaciones alrededor del mundo.
El docente del Instituto Balseiro recibió este merecido reconocimiento “por sus extensos y permanentes esfuerzos para promover y desarrollar métodos y fuentes de neutrones para el beneficio de la sociedad”, según detalla el certificado del premio.
“Al recibir este premio que me honra por lo que representa, lo primero que sentí fue un profundo agradecimiento a todos los que me ayudaron a pararme bien para transitar los caminos de la vida”, dijo Granada. La distinción fue otorgada en Vancouver, Canadá, en el marco de la conferencia anual de la UCANS.
Como egresado y docente, el físico destacó cómo el Instituto Balseiro (IB) aportó a su formación: “Aunque hace más de 45 años que defendí mi tesis doctoral, estoy convencido de que cada momento como estudiante, docente o director de tesistas en el IB fue esencial en mi trayectoria profesional”, afirmó.
Granada investigó en el grupo de Física de Neutrones en el Centro Atómico Bariloche, donde trabajó como investigador de la CNEA desde sus comienzos con la fuente pulsada de neutrones generada por el acelerador lineal de electrones (LINAC), una instalación pionera a nivel mundial. Fue gerente de Tecnología cuando el doctor Dan Beninson ocupó la presidencia de CNEA y también fue gerente del Centro Atómico Bariloche.
“Durante años, nuestro grupo investigó una amplia variedad de materiales moderadores para producir haces de neutrones térmicos, y los resultados se utilizan hoy en diferentes instalaciones alrededor del mundo”, explicó Granada. Asimismo, el físico destacó que en la actualidad, proyectos como el RA-10 en el Centro Atómico Ezeiza o el futuro Laboratorio Argentino de Haces de Neutrones (LAHN) reflejan el potencial de esta línea de investigación.
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De Formosa para el mundo
Nacido en Formosa en el año 1950, Granada recordó que “mi primera escuela fue la N.° 166, por todos conocida como la “Escuelita de los Indios”, ubicada sobre la calle Rivadavia un poco más allá de la calle Paraguay, casi cayéndose hacia los zanjones de la laguna. Allí íbamos a aprender letras y números algunos chicos que vivíamos cerca de la capillita de San Luis Rey. No había Simulcop ni fotocopiadoras, pasar del lápiz a la pluma cucharita y el tintero era un triunfo, pero teníamos una maestra maravillosa, mezcla de enciclopedia y madre, de maestra jardinera y artista de cartulina y acuarela”.
“Después de primero superior y segundo grado, y porque no había más en nuestra escuelita, entré a la Escuela N.° 3, que me parecía inmensa y con incontables alumnos y maestras. Por ese entonces, viviendo ya en el barrio Don Bosco, entré a la Banda de los Exploradores, donde permanecí por unos cuantos años, viviendo experiencias imborrables con aquel grupo de jóvenes guiados por el padre Ortuondo”, rememoró.
Comentó además que estudió en “la ENET 1, para nosotros la Escuela Industrial, y allí compartí con mis compañeros y profesores esos años maravillosos de la adolescencia, momentos que quedaron grabados para siempre en mi memoria. No puedo dejar de recordar a nuestro gran director de esos años, Luis Occello”.
“Finalmente -agregó- me fui a iniciar mis estudios universitarios a La Plata, donde había una gran comunidad de estudiantes formoseños. Recién allí descubrí que se podían estudiar otras cosas además de Abogacía, Medicina o Ingeniería. Habiendo transcurrido dos años y medio en esta última carrera, hacia mediados del año 1970, me encontraba ya en condiciones de ingresar al Instituto de Física Balseiro de San Carlos de Bariloche, y fui seleccionado junto con otros quince jóvenes de diferentes partes del país”.
“Así comenzó y se proyectó mi carrera como investigador científico, a partir de la extraordinaria formación que nos brindó el Instituto Balseiro, como así también con la beca de estudio que me otorgara la Comisión Nacional de Energía Atómica”.
Luego de completar la licenciatura y el doctorado en Física, también realizó estudios de posgrado en Inglaterra.
Desde 1974 ejerció como docente en las carreras de Física e Ingeniería Nuclear, y también dirigió numerosas tesis de grado y posgrado en el Balseiro. En 1995 fue designado profesor titular, cargo que mantuvo hasta su retiro en 2021. En reconocimiento a su labor académica, fue distinguido como profesor emérito de la institución que depende de la Comisión Nacional de Energía Atómica y de la Universidad Nacional de Cuyo, como así también de la Universidad Nacional de Formosa.
Actualmente, Rolando Granada está tramitando su jubilación pero podría continuar colaborando como consultor en proyectos internacionales. Cerró con un mensaje de agradecimiento: “Quiero destacar mi gratitud a la sociedad que me brindó las oportunidades para educarme y trabajar, y especialmente a mi esposa Elena y mis hijas, por su acompañamiento durante todos estos años”.