“El Gobierno está grogui, desconcertado y no dimensiona la magnitud de la crisis”
El presidente del bloque UCR en el Senado apuntó contra el oficialismo por la falta de un plan económico y anticipó un colapso si no hay acuerdo con el FMI.
Para el jefe de la bancada radical en el Senado, Luis Naidenoff, el gobierno de Alberto Fernández es el peor Gobierno desde la vuelta a la democracia y se lo atribuyó, entre otros motivos, a que “tiene en sus propias filas las dos caras: Gobierno y oposición”. Además, lo acusó de estar “grogui” y de no dimensionar la magnitud de la crisis que atraviesa la Argentina.
En un mano a mano con El Cronista, el formoseño se refirió a la suspensión de la reunión con el ministro de Economía, Martín Guzmán, para hablar sobre las negociaciones con el FMI y aseguró que el encuentro no se concretó “porque no hay programa, no hay plan en la Argentina”. Un “no acuerdo” con el organismo internacional, en palabras de Naidenoff, se traducirá en un “colapso” para la Argentina.
Al hablar sobre las diferencias que viene exponiendo Juntos por el Cambio desde el triunfo de las elecciones de noviembre, el senador aseguró que pasarán a ser anécdotas cuando la coalición elabore su programa. “Hoy es más importante un tuit que una definición política de fondo. Lo que te une es el programa”, fundamentó.
“Somos un partido pasional”, dijo al referirse a las internas de la UCR, que derivaron en la ruptura del bloque radical en la Cámara de Diputados.
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La fallida reunión
con guzmán por el FMI
¿Qué pasó con la reunión que Juntos por el Cambio iba a tener con Martín Guzmán el martes? ¿Por qué no se concretó?
- No se concretó por decisión del propio Gobierno. Es un grave error del Gobierno cancelar la reunión con la principal fuerza opositora de la Argentina. Los resultados de las últimas elecciones han delineado una buena y una mala noticia en la política Argentina. La buena es que por primera vez en años el país está encontrando sustento de equilibrio en dos coaliciones.
Ese equilibrio de fuerzas, con matices, tienen un inconveniente por los antecedentes de un presidencialismo exacerbado en la Argentina. Y en ambas fuerzas, cuando les tocó gobernar, visibilizaron al acuerdo como una mala palabra. Entonces, surge la lógica de imponer, redoblar la apuesta y si no me dan los votos, transgredo el reglamento, y si no, avanzo con DNU.
¿Por ejemplo? - Lo vimos en Diputados, con un presupuesto que era invotable, que no prosperó y con un resultado previsible para la oposición. Un logro para la oposición, un presupuesto que no alcanzó ni siquiera a tratarse por no reconocer el sistema de equilibrio político.
Entonces, el presidente de la bancada del bloque del oficialismo [Máximo Kirchner], cuando cerraba la ecuación para lograr un cuarto intermedio y encontrar puntos de acuerdo en un presupuesto que pueda encontrar acompañamiento, decide ir por todo, se vota, se pierde, y la Argentina se queda sin presupuesto. Obra exclusiva del propio Gobierno.
A la semana siguiente, la oposición convoca a una sesión especial, se modifican los criterios y se logra una ley de Bienes Personales que logró la modificación de la media sanción del Senado. ¿Qué quiero decir? Un día tenés el triunfo de los que es el oficialismo de manera parlamentaria, y otra de la oposición. Pero, al final del camino, es un juego de suma cero. La Argentina está presa de esta trampa de equilibrios que no tienen la capacidad de dimensionar la magnitud de la crisis que tiene la Argentina.
¿Y cómo se sale de esta trampa?
- En esto hay responsabilidades diferentes. El nivel de responsabilidad del Gobierno es superior al de la oposición. Es el Gobierno el que está urgido de lograr acuerdos. Un ejemplo es la renegociación con el FMI. El Gobierno convoca y la principal fuerza de la oposición estuvo dispuesta al diálogo y el Gobierno canceló la reunión.