El monte, de Caulier, se estrena en el BAFICI

“Sepa el mundo que El monte, mi tercera hija, la rebelde, la descarriada, la pandémica, la encuarentenada, la interrumpida, la retomada, la dada por muerta y luego resucitada, la maldita (¿o encantada?) finalmente sentó cabeza y tendrá su estreno mundial en la Competencia Oficial Argentina del BAFICI”, fue el anuncio del cineasta formoseño Sebastián Caulier en sus redes sociales a principios de mes, celebrando el estreno de su película que comenzó a rodar en locaciones de Herradura en febrero de 2020 y pasó una peripecia al decretarse el ASPO por la pandemia de coronavirus y tuvo que suspender la filmación.

“Once meses con la película parada. A los actores les cambiaba el físico, o se afeitaban o se cortaban el pelo. Tuvimos que hacer barbas postizas”, contó el productor Daniel Werner, quien al  decretarse la cuarentena debió quedarse en Formosa durante cinco meses custodiando el camión con los costosos equipos alquilados.

La 23º edición del Buenos Aires Internacional de Cine Independiente (BAFICI) comenzó el 19 de abril y finalizará el domingo 1º de mayo con la exhibición de 290 películas en 15 salas porteñas. El monte se proyectará el lunes 25 y martes 26 en el Cine Gaumont, y el viernes 29 en El Cultural San Martín.

Protagonizada por Gustavo Garzón, Juan Barberini y la formoseña Gabriela Pastor, El monte cuenta la historia de un padre y un hijo que aislados en una ruinosa casa de campo intentan sobrevivir a un verano infernal. Entre jornadas de caza y noches de fogón, el hijo empieza a percibir una extraña conexión entre su padre y la naturaleza que los rodea. Un secreto ancestral está a punto de revelarse.

“Sebastián Caulier muestra su instinto y sabiduría de animal de cine: el monte formoseño como presencia mística, espectral, inabarcable y natural es su monstruo. Ahí, en medio de un remolino tranquilo, hecho de animales y costumbres, y lejos de la civilización urbana, un padre harto de todo y un hijo que intencionalmente llega tarde pelean contra el gigante. Una película con garras, hechas con el filo de determinado cine americano (aquel que sabe construir en el afuera lo inabarcable y en los vínculos filiales un corazón), donde laten los ecos de Fabián Bielinsky en su faceta salvaje. Caulier apuesta en grande porque cree en lo que cuenta, y esa convicción aparece en cada riesgo, en cada actor (el deslumbrante Gustavo Garzón), en los picos de género y en cada aventura de su película”, dice Juan Manuel Domínguez, uno de los programadores del BAFICI.