¿El resultado del presente o el potencial del futuro?

El seleccionado argentino U16 femenino se quedó sin mundial tras perder ante Colombia en la Americup. Así y todo, realizó un gran torneo en el resto de la competencia.

El seleccionado argentino U16 femenino se quedó sin mundial tras perder ante Colombia en la Americup. Así y todo, realizó un interesante torneo en el resto de la competencia desde lo defensivo y momentos de desequilibrio personal, pero sin premio. Su único lunar fue ese flojísimo partido que nos dejó fuera. Hay futuro, y eso es lo que vale. ¿No? Lo analizamos.
Ya venimos diciendo que el femenino en sus formativas se encuentra en un en proceso franco ascenso, al menos en las camadas de U15 y sus predecesoras. Todo esto en materia de ritmo, eficacia, madurez y juego, donde cada vez más chicas muestran sus buenos desempeños y ya en otras categorías mayores y el nivel en calidad es mejor al igual que la cantidad de jugadoras en los clubes.
Por ende, y considerando el buen desempeño el año anterior en el Sudamericano, con un valioso tercer puesto y perdiendo ante las locales, todo hacía predecir que Argentina lograría su pasaje al Mundial dentro del torneo de la Americup U16. Todo esto luego de ver una muy pobre actuación (y la peor) en un torneo de similares características, pero a nivel masculino semanas atrás.
Lamentablemente otro elenco formativo se quedó afuera, aunque las formas fueron diferentes y vamos a agarrarnos de algunos puntos, para considerar que el futuro es promisorio a pensar de no tener un Mundial U17 en el femenino.
¿Un consuelo de tontos? ¿Ver un vaso medio lleno donde hay menos agua? Quizás, pero el femenino contó en este seleccionado y proceso U15/U16 con varias jugadoras muy interesantes dentro del desequilibrio, ritmo, defensa, talla y proyección pensando en los siguientes seleccionados y sobre todo el mayor, el cual está necesitado de un recambio para dar un salto mayor de calidad.
¿Qué pasó en la Americup U16? Argentina fue con un elenco muy parecido al del Sudamericano, y arrancó con excelentes resultados. Se impuso ante Puerto Rico con contundencia más allá del pobre 1-20 que no pasó factura, luego se tomó revancha ante Venezuela, y finalmente cedió ante Estados Unidos, pero dentro de un resultado esperado ante un rival se encuentra en un nivel superior en diferentes apartados individual y técnico.
El problema claramente llegó en el partido en el cual había que tener más soluciones que problemas: Colombia en cuartos de final. Las cafeteras terminaron terceras en su zona, y eran subcampeonas sudamericanas. El partido fue realmente muy chato en números, juego, soluciones, con defensas agresivas (sobre todo de Argentina en la primera mitad), pero cediendo por completo en ataque y en un pobre final con fallos de todo tipo. ¿Un muy mal día solamente? Podríamos tomarlo así.
¿Nervios? Quizás, porque Colombia nunca lució superior, si no todo lo contrario, y aún así ganó. Argentina mostró debilidades a mejorar en un básquet femenino en ascenso pero aún con cuestiones a resolver. Hubo poco (y nada) juego sin balón, 1x1 limitado y solo en un par de jugadoras, una defensa zonal que volvió a convertirse en el enemigo directo más que en una ayuda, las variantes (el equipo apenas rotó y encontró respuestas) y el tiro externo que hoy, es un arma vital y no puede pasar desapercibido, lamentablemente no apareció.
Una derrota dolorosa, aunque Argentina lo maquilló con dos victorias finales ante Venezuela y Puerto. Rico. Allí, quizás mas sueltas, las chicas mostraron otros porcentajes, jugadoras que elevaron su nivel y el equipo cerró la competencia con mayor autoridad. ¿Justo en los partidos de menos valor? Puede tomarse así, pero también como una apuesta a futuro de jugadoras que invitan a soñar con participaciones próximas en otras categorías.
Argentina dejó una base de jugadoras a seguir. Desde Santina Cherot como conductora con su calidad individual, juego, velocidad y ritmo para resolver. Lo mismo Florencia Losada, con aspectos muy parecidos y mucha determinación u juego de piernas. Francisca Canello volvió a imponerse con su físico, capacidad anotadora y rebotera y siendo la de mayor valoración.
Un gran torneo de la interna Isabella Roldán (3.o en tapas y 7.o en rebotes), e intentando resolver su juego de frente y menos de espaldas el cual le costó pero siendo importante. Kiara Miro, la tiradora del equipo (anotó 12 triples siendo la máxima cantidad en la competencia) pero apareciendo mucho más en los juegos posteriores a Colombia, aún así, de las mejores en el perímetro.
Hubo poco recambio, nuevamente nos preguntamos lo mismo que con el masculino. ¿Hay mayor potencial o será lo mejor? Seguramente hay jugadoras para seguir viendo y de muchas más partes del país, ampliando el rango y haberlas tenido en cuenta. Es cierto que la cantidad y calidad aún están en proceso y en camino dentro del femenino, lo cual también es un trabajo para los diferentes clubes y asociaciones a la hora de variar y cambiar para mejor.
En definitiva... ¿Nos quedamos con este resultado y el hecho que volvemos a perder un mundial en formativas o la ilusión que el femenino tiene un mejor futuro en la camada? Vamos a poner una gota de positivismo y soñar con que varias de ellas chicas (con potencial, madurez técnica y en plena evolución) pueden dar que hablar en los próximos años.
El futuro es a lo que más nos aferramos para soñar, pero sin perder el presente para trabajar y seguir mejorando día a día (clubes, asociaciones, sobre todo más CAB) dentro de con una camada que tranquilamente podría haber tenido el boleto. Sigue habiendo muchas deudas últimamente, esperamos que el futuro en el femenino nos haga un guiño.