Una política que valora y defiende el saber popular
Emotiva celebración con homenajes por los 20 años del programa Salud comunitaria
Sandra Payan, jefa del programa del Ministerio de la Comunidad, dijo que Salud comunitaria “es un espacio auténticamente formoseño, del cual estamos muy orgullosos; no existe un espacio como este en el país que acompaña a la comunidad organizada a conocer sus valores propios para sanar”.
Bajo el lema 20 años sembrando y fortaleciendo la salud integral, el programa Salud comunitaria celebró las dos décadas de trayectoria, con una ceremonia denominada Homenaje a Julio Mosalvo y Alberto Zorrilla, que tuvo lugar en el galpón G del paseo costanero.
Autoridades del Gobierno provincial, profesionales de otras provincias, multiplicadores y promotores de la salud y vecinos, junto al equipo de trabajo, participaron en la celebración.
Sandra Payan, jefa del Programa Salud Comunitaria del Ministerio de la Comunidad, dijo que Salud comunitaria “es un espacio auténticamente formoseño, del cual estamos muy orgullosos; no existe un espacio como este en el país que acompaña a la comunidad organizada a conocer sus valores propios para sanar”.
Por su parte, el subsecretario de Desarrollo y Fortalecimiento Comunitario del Ministerio de la Comunidad, Gabriel Alcaraz, dijo que “el camino recorrido por el programa, ha sido muy fructífero a lo largo de estos años”, y puso en valor “la solidaridad con la que se lleva a cabo este programa, basado en el modelo formoseño, que promueve los valores del encuentro, la participación y la comunidad organizada”.
Asimismo, el diputado provincial Rodrigo Vera sostuvo que “este es un programa muy importante y revolucionario con un enfoque que mezcla el saber científico, con los saberes que tiene el pueblo y su gente, nuestros ancestros”.
“Formosa tiene una cultura riquísima –agregó- un pueblo solidario con una visión muy comunitaria de la vida, con políticas de salud que hacen de la atención primaria de la salud, la estrategia básica, lo que hace que en estos 20 años haya sido tierra fértil para la implementación de este programa”.
Durante el acto se presentó e hizo entrega a invitados especiales de algunos ejemplares de la publicación programa Salud comunitaria y participación social, siembra de esperanzas hacia el cambio de paradigma cultural, donde se relata la historia de la siembra y cosecha de la salud comunitaria en Formosa.
Posteriormente, se entregaron diplomas a los multiplicadores de la salud comunitaria tanto de la ciudad de Formosa como del interior.
La celebración convocó expresiones de cariño y admiración de personalidades nacionales e internacionales que estuvieron presentes, enviando sus salutaciones en videos que fueron compartidos con el público presente.
Asimismo, se presentó una obra de títeres pensada y escrita por niños que integran el club Cuidadores de la vida, del barrio Facchini, con títeres elaborados con material reciclado, como así también, el coro comunitario del barrio Villa del Carmen interpretó la canción de la Alegremia, y niños de la Dirección de Personas con Discapacidad realizaron su interpretación en lengua de señas.
Ema Cuañeri, embajadora cultural del Pueblo Qom, dio cierre al acto formal, compartiendo cantos ancestrales que rescatan la sabiduría de su pueblo y mantiene vivo el legado de sus ancestros y como cierre de la jornada se realizó una feria de experiencias comunitarias donde se compartieron los saberes y haceres que se han preparado para la celebración, como una manera de vivenciar las actividades desarrolladas en distintas localidades y con diferentes organismos y áreas con las que trabajan de manera conjunta.
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La salud está en nuestras manos
Los encuentros de salud comunitaria se hacen en los barrios, en los parques, en plazas, comedores, escuelas para compartir solidariamente prácticas como preparados de pomadas, de jabones, de plantas, de alimentos saludables, de huertas agroecológicas, de plantines, de títeres de reciclado, compartiendo en ronda, todo lo que sea saberes de la comunidad.
“Salud es reconocer todo lo que sabemos y podemos”, dijo Sandra Payan, jefa del programa Salud comunitaria, y agregó que “es un impacto fuerte y directo a la autoestima personal, grupal y comunitaria y eso sostiene la salud comunitaria ya que uno sabe, uno puede y cuando nos reunimos en ronda, emerge ese saber para compartirse; acompañar esas rondas, difundirlas, es lo que hace el estado, con un modelo formoseño que revaloriza los saberes y haceres de la comunidad”.
El programa comenzó en febrero de 2002, dentro de la estructura del Ministerio de Desarrollo Humano. En marzo de 2009 se creó por Ley el Ministerio de la Comunidad y, a partir de allí, pasa a funcionar dentro de su ámbito.
El doctor Alberto Zorrilla, por entonces ministro de Desarrollo Humano, tuvo la iniciativa de crear el espacio, en un momento de pleno auge neoliberal. Y convocó para ello a Julio Monsalvo, un sanitarista muy reconocido, que instaura la consigna de que la salud está en manos de la comunidad; que es integral, porque se trata también de la salud de los ecosistemas, la salud de las relaciones; y la suma de saberes y haceres populares, es lo que promueve la autonomía y eleva la autoestima.