¿PUEDE HABER OTRA OLA JUNTO CON LA GRIPE EN EL PAÍS?
En Argentina, una de cada cuatro personas tiene Covid-19 sin síntomas
A través del Ministerio de Salud de la Nación, se admitió que “aún existe incertidumbre a nivel global acerca del comportamiento del virus SARS-CoV-2 durante los próximos meses, especialmente durante el invierno del hemisferio sur, debido a la potencial emergencia de nuevas variantes, nuevas olas de contagio, o co-circulación con otros virus”, como el de la gripe.
En las calles, con pocos barbijos a la vista, parece como si la pandemia hubiera pasado. Durante la última semana se reportaron 2.382 casos confirmados de COVID-19 diarios como promedio semanal en la Argentina.
Fueron un 98% menos de los que se notificaron durante el pico por la ola explosiva de la variante Ómicron en enero pasado. Sin embargo, la cantidad de personas diagnosticadas con el coronavirus aún es el doble que el mínimo de casos que se registró en octubre del año pasado, y se confirmó que al menos una de cada 4 personas que tienen la infección no desarrolla síntomas, pero contagia. A todo se suma que desde diciembre fueron subiendo los casos de gripe. ¿Podría gatillarse una ola de COVID-19 acompañada por la gripe en el país?
Desde el Gobierno, a través del Ministerio de Salud de la Nación, se admitió que “aún existe incertidumbre a nivel global acerca del comportamiento del virus SARS-CoV-2 durante los próximos meses, especialmente durante el invierno del hemisferio sur, debido a la potencial emergencia de nuevas variantes, nuevas olas de contagio, o co-circulación con otros virus”, como el de la gripe. Pero se decidió relajar más medidas de prevención: se eliminó la obligatoriedad de cumplir con el distanciamiento de dos metros de otras personas y ya no hay que reportar síntomas como tos o fiebre en aplicación “Cuidar”.
El 19 de enero pasado ya se había liberado el aislamiento para las personas que eran contacto estrecho de pacientes con el coronavirus y solo se recomendaba el uso del barbijo en espacios interiores. También se había eliminado la obligatoriedad de hacerse el testeo si una persona había estado en eventos, como recitales, o lugares donde hubo brotes o si se había estado con un paciente con COVID-19 durante los 10 días anteriores. Y durante el último mes, los testeos cayeron todavía más.
“Parece que la pandemia se hubiera terminado en Argentina, pero la situación es muy preocupante porque se está ignorando que el sublinaje BA.2 de Ómicron produjo una nueva ola en Europa. En los Estados Unidos se están preparando para esa ola.
La Argentina también debería prepararse. Además, habría que considerar el riesgo de reintroducción del sarampión”, advirtió la doctora en medicina Silvia González Ayala, profesora titular de la cátedra Infectología en Facultad Ciencias Médicas, Universidad Nacional La Plata y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, quien fue entrevistada por Infobae.
En la segunda semana de enero, se realizaron en la Argentina 1.146.653 testeos y la positividad para COVID-19 casi llegó al 70% de los que se hacían las pruebas. En cambio, los testeos fueron 83.284 en la última semana de marzo, y la positividad fue menor al 10%, según el análisis del doctor en física Jorge Aliaga, de la Universidad Nacional de Hurlingham, en base a los datos informados por el Ministerio de Salud de la Nación. Además, hay provincias como Córdoba que con el inicio de abril cerraron centros de hisopados y vacunatorios masivos que se habían construido como respuesta al avance de la pandemia y dejaron de reportar los casos diarios.
“Se disminuyó la cantidad de centros de testeos al tener en cuenta el momento epidemiológico. Este tema se conversó durante el último encuentro del Consejo Federal de Salud. Vamos hacia una transición en la que quedarán al menos tres centros de testeos centinelas en cada ciudad que irán monitoreando la evolución de la pandemia”, dijo a Infobae el médico Gabriel Battistella, a cargo de la Subsecretaría de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires.
El funcionario expresó que “puede haber un repunte de casos de COVID-19 cuando haya temperaturas más bajas y las personas suelen estar más en lugares cerrados. Aún hay personas susceptibles de adquirir la infección por Ómicron. Pero estimamos que los casos de COVID-19 serán casos leves o asintomáticos sin repercutir demasiado en hospitalizaciones”.
La decisión del Ministerio de Salud de la Nación sobre el relajamiento de las medidas sanitarias (que también se ha dado en países como España, Francia e Italia recientemente) se basó en que la Argentina lleva 10 semanas consecutivas de descenso del número de casos de COVID-19 y tiene una cobertura de vacunación del 80,1% de la población con el esquema primario completo. Pero lo cierto es que la pandemia aún continúa, y la tasa de la dosis de refuerzo solo se aplicó en 42,2% de la población. Esa tercera dosis permite prolongar el efecto protector del esquema de vacunación inicial. Aún está pendiente la decisión sobre una segunda dosis de refuerzo a nivel masivo.