Escritores de sus propias historias
“Nuestra Biblio se gestó y creció con el respiro de los pulmones de aquellxs que creen que la cultura puede ser democrática y un mundo mejor es posible. En las páginas de nuestra historia existen múltiples capítulos que rescatan los espacios conquistados, éxitos y altibajos que nos permitieron construir nuevos aprendizajes. Pero por sobre todo, en cada página se encuentra la tinta de los pibes y las pibas que dejan su huella indeleble, esa huella que es parte de nuestra identidad”, se lee en la fanpage de la Biblioteca Popular Santiago Renevot, ubicada en Juan L. Díaz 1.345 del barrio San Juan Bautista de la ciudad de Formosa.
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La huella que está dejando la Biblio es inmensa desde su conformación allá por el año 2003 -con inauguración oficial el 24 de mayo de 2005- siendo un verdadero agente promotor de transformación social, abriendo espacios de generación, circulación e intercambio de conocimientos entre la cultura popular y la académica, con participación activa en los problemas que afectan a la comunidad en la que está inserta generando transformaciones individuales y comunitarias.
Una de las tantas actividades que realiza la Biblioteca Renevot y que comenzó en el 2015 es el ciclo Palabrerío que hoy viene bien recargado y está desplegando sus alas en beneficio de la comunidad del barrio San Juan Bautista, logrando una transformación individual en niños y adolescentes que, luego de un proceso que comenzó con el acercamiento a autores locales, están hoy siendo artífices de su propia historia y autores de sus propias palabras que se verán plasmadas en una antología de narraciones y poesías cuyo proyecto es editarla para fin de año.
La Comisión Directiva de la Biblioteca Popular está presidida por Marili Saucod, y Adriana Helbling es la vicepresidenta y coordinadora del área de Extensión Cultural y de Palabrerío, quien cuenta que el ciclo comenzó con la idea de acercar los escritores locales al barrio y a los chicos “para que los pudieran ver en carne y hueso, hablar con ellos y escuchar acerca de los procesos de lectura en primera persona, sobre todo para desmitificar eso de que el escritor es alguien sin rostro, sin identidad, alguien que por ahí ven en algún libro de texto, pero sin conocer en profundidad su subjetividad, sus sentimientos, sus emociones; entonces todo el 2015 trabajamos con una frecuencia de una vez por semana llevando a los escritores a la Biblioteca para que pudieran leerles algo de sus obras y comentar sobre qué los motivó a escribir, cómo comenzaron, qué se necesita para escribir, desmitificando también eso de que para escribir hay que tener una especie de musa inspiradora o algún don especial, sino que cualquiera puede escribir con trabajo, con esfuerzo y sobre todo leyendo mucho”.
Años atrás la Biblioteca funcionaba en una piecita que les prestaba la capilla del barrio, y desde hace tres años con apoyo de la Municipalidad capitalina se logró tener un espacio donde se construyó el Centro Municipal de Artes donde funciona hoy la Renevot que recibía en Palabrerío a los escritores locales para que los chicos puedan interiorizarse en el proceso de escritura y de lectura.
Palabrerío en casa
El año pasado, en el inicio de la pandemia por coronavirus, Palabrerío dejó de hacerse de manera presencial y resignificando el ciclo comenzó Palabrerío en casa y así los escritores no solo locales sino también regionales y además los niños y sus familias comenzaron a mandar videos leyendo un fragmento de algún texto literario o poesía y todo ese material se fue subiendo a la fanpage de Facebook de la Biblio.
“Este año cuando se flexibilizaron las restricciones –dice Adriana- empezamos a juntarnos en la Biblioteca con todos los protocolos, en grupos pequeños de tres niños, guardando distancia, con el barbijo siempre puesto, y los niños comenzaron a producir textos, pues consideramos que hicieron un lindo proceso de lectura y de acercamiento a la lectura y escritura con ayuda de nuestros escritores locales, y empezaron a producir sus propios textos”.
La producción inició con frases e imágenes disparadoras, tratando de recuperar las historias que tengan que ver con la identidad barrial, con la identidad formoseña “y empezaron a escribir cosas muy lindas, tanto de narrativa como de poesía, y en este momento que volvimos a fase 1 y no podemos vernos nos siguen las mamás mandando sus textos vía WhatsApp y seguimos trabajando y puliendo los textos hasta que quede la mejor versión, porque el objetivo es para fin de año, si todo sale bien, que ellos puedan publicar su propio libro, que sean ellos escritores de sus propias historias”.
El trabajo que se desarrolla en Palabrerío es por tandas, primero se trabajó con grupos de 5 niños, luego con otros 5 y hay otro grupo que aún está en espera. Y todos, aproximadamente 20 niños, niñas y adolescentes del barrio, de entre 8 y 15 años, formarán parte de la antología, el libro con cuentos y poesías que está proyectado salga a fin de año.
Evidente impacto
El impacto de Palabrerío en los chicos es evidente, y esto lo que afirma Adriana Helbling que señala que los chicos se conectan con la escritura como autores, como protagonistas “y ya no con una consigna escolar sino recuperando las narrativas familiares, barriales, toda su subjetividad puesta en la creación de un objeto cultural nuevo hecho por ellos”.
La secuencia que comenzó con el acercamiento a los escritores locales para que ellos puedan identificarse con esa figura del escritor y convencerse realmente de que cualquiera pueda escribir generó una transformación individual al empoderarse y ser artífice de su propia historia y autor de su propia palabra.
“Y el impacto social se da por añadidura –dice Adriana- porque son niños empoderados que obviamente repercuten en la sociedad, e incluso las maestras de la escuela recomendaban a los padres mandar a los chicos al ciclo de la Biblioteca porque se daban cuenta del cambio que había, cambio subjetivo, los niños dentro de las aulas se volvían más protagonistas, más creativos, y en ese sentido creo que se puede hablar de pequeñas transformaciones sociales que van a repercutir en el todo”.
El ciclo es parte de un todo articulado y por medio de Palabrerío se escribió un guión que se llamó Jesusito poriahú “que lo llevamos a nuestro taller de teatro comunitario y la obra fue representada ya en 3 oportunidades, con una puesta en escena grande en nuestro barrio, en el Mariano Moreno y en el 2019 en conjunto con la Municipalidad y la banda municipal se presentó en la ex estación del ferrocarril”.
A ello se suma el ciclo Quiero ser, que también está atravesado por la escritura, y en el que diferentes profesionales, trabajadores de oficios iban a la Biblioteca a contar acerca de su profesión, “entonces el impacto social de empoderamiento tiene que ver con la escritura y con un posicionamiento de sujeto-autor en primera persona”.
El Bibliomóvil es otra de las actividades que la Renevot suele realizar, y así en febrero último, el 14 día de los enamorados, salió a recorrer el barrio para regalar libros, porque regalar libros es dar amor, y democratizar la cultura también es llenar la casa y el corazón de libros.
“Durante todo el 2019 escuchamos a nuestros queridos escritores y escritoras que nos adentraron con mucho amor y generosidad en el mundo mágico de la literatura. En el 2020 los vimos y escuchamos desde las pantallas con Palabrerío en casa (no quedaba otra). Entre varias enseñanzas una resonaba fuerte: un escritor siempre es primero un buen lector. Los leímos, los escuchamos con atención y hoy nos animamos a escribir. Así comenzamos a garabatear y cada una con papel en mano se adentró en sus sentipensares para ponerlo en palabras…”
Lo que se viene
Por la pandemia actualmente la Biblioteca Renevot desarrolla actividades breves que no requieren mucha convocatoria y los proyectos en carpeta son varios.
Marili Saucod, presidenta de la comisión directiva de la Biblioteca Renevot, recordó que en marzo se sumaron a la convocatoria del día 24 de Plantamos Memoria, a 45 años del golpe cívico militar, y “fuimos a plantar árboles, a forestar nuestro barrio en diferentes lugares y zonas”.
Cuando se pueda se retomará el Taller de Teatro Comunitario y también a partir de los vínculos con otras instituciones, como con la Tecnicatura de Músico Social del ISA, están planificadas diversas actividades en el barrio. Además, comenzará un espacio de orientación vocacional dirigido a jóvenes que están pensando en un proyecto universitario, donde después de hacer todo ese proceso de empoderamiento, escritura, de recuperación de las propias narrativas, serán acompañados para definir un proyecto de vida con una carrera universitaria que -dice Adriana Helbling- “para nosotros es muy importante como herramienta de ascenso social y transformación de las realidades individuales”.