Tendencias
Guía para volver a Instagram: qué cambió y qué sigue igual en 2025
/https://diarioformosa.eleco.com.ar/media/2025/08/ig.png)
Para quienes usaron Instagram en sus primeros años y hoy deciden regresar, la experiencia puede sentirse familiar y, al mismo tiempo, completamente nueva. Desde su lanzamiento en 2010 hasta 2025, la plataforma pasó de ser una aplicación para compartir fotos con filtros vintage a convertirse en un ecosistema multimedia que mezcla videos, comercio electrónico y comunidades hipersegmentadas. Comprender esta evolución es clave para retomar el control de la experiencia y aprovechar su potencial actual.
Recibí las noticias en tu email
Del feed de fotos a un universo de formatos
La transformación más evidente es el protagonismo del video. Los Reels, introducidos en 2020 como respuesta a TikTok, hoy concentran gran parte del tiempo de uso y del alcance orgánico. Un análisis de Cropink confirma que más del 60 % del consumo en la plataforma corresponde a contenido en video, lo que obliga a replantear la forma en que se crean y comparten publicaciones.
Sin embargo, el feed fotográfico sigue presente. Los carruseles mantienen la tasa de interacción más alta del ecosistema, según datos de SocialInsider, lo que demuestra que la fotografía sigue siendo relevante para quienes buscan narrativas más cuidadas y menos efímeras.
Historias efímeras y comunicación directa
Otra diferencia fundamental respecto a los primeros años es la popularidad de las historias, un formato que permite compartir contenido que desaparece a las 24 horas. Esta función se convirtió en un canal central para la comunicación diaria y la interacción directa con la audiencia.
A esto se suma el auge de los mensajes privados y los grupos de difusión, que permiten crear comunidades más íntimas y segmentadas. El uso de estas herramientas creció especialmente entre marcas y creadores que buscan mantener conversaciones cercanas sin depender del feed público.
Algoritmo y personalización: el nuevo filtro
Para quienes vuelven a la plataforma después de varios años, el cambio en el algoritmo es uno de los ajustes más notorios. Hoy, el orden del contenido ya no es cronológico, sino que se basa en la interacción previa y en el comportamiento del usuario. Esto significa que la experiencia es completamente personalizada y no depende ya tanto de comprar seguidores. Dos personas pueden ver feeds muy distintos aunque sigan a las mismas cuentas.
El algoritmo también prioriza el contenido que genera interacción profunda —guardados, comentarios o tiempo de visualización prolongado— por encima de los simples “me gusta”. Esta dinámica favorece a quienes ofrecen valor real y desincentiva el contenido superficial.
Comercio integrado y nuevas oportunidades
Quizás el cambio más disruptivo sea la integración del comercio electrónico. En 2025 es posible descubrir, evaluar y comprar un producto sin salir de la aplicación. Marcas de todos los tamaños utilizan catálogos interactivos, transmisiones en vivo de ventas y experiencias de realidad aumentada para conectar con los consumidores.
Según Reuters, esta evolución explica por qué Instagram representa ya más de la mitad de los ingresos publicitarios de Meta en Estados Unidos, consolidándose como un canal estratégico para el comercio social.
Lo que permanece intacto
A pesar de todas las transformaciones, Instagram conserva elementos que definieron su atractivo inicial. La estética visual sigue siendo central, el feed continúa funcionando como vitrina personal y la búsqueda de autenticidad sigue marcando el contenido más exitoso. Volver a la plataforma no implica empezar de cero: la base sigue siendo la misma, pero ahora con herramientas mucho más potentes.
Regresar a Instagram en 2025 es redescubrir una plataforma que creció junto a sus usuarios. Comprender qué cambió —y qué se mantuvo— permite navegarla con mayor facilidad y aprovechar sus posibilidades para conectar, inspirar y compartir en un entorno que combina lo retro con lo innovador.