TERCER MILENIO
Hace 8 años productores de Naineck realizaban la 1.ª experiencia de comercialización de banana
Por Justo Urbieta
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Pequeños productores de Laguna Naineck, una de las zonas más ricas para la producción de banana, recordaban que en coincidencia con la celebración de San Cayetano se realizaba la primera experiencia de comercialización con el fruto propio -al que se dio en llamar Pacová Porá- en el Mercado Central de Buenos Aires.
Señalaban que en ese ámbito resultó toda una sorpresa ya que la llamada “la nueva banana argentina” -que confundieron como originaria del Paraguay- a lo que había sido el resultado de una minuciosa experiencia encarada en el ámbito del Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias (Cedeva), de Misión Tacaaglé, en el Noroeste de esta provincia.
Es que con anterioridad el coordinador ejecutivo de ese organismo, ingeniero Jorge Balonga, había anunciado la realización de la primera cosecha de bananas que formaba parte de un novedoso programa integral encarado para reposicionamiento de la provincia como abastecedor de esta fruta en el país, que en ese entonces importaba poco más de un 75% de Ecuador, Bolivia, Brasil y Paraguay.
Se trataba de la terminación de un proceso que comenzó hace cuatro años y que incluyó desde la importación de meristemas de Israel -y un sistema de riego por goteo para 60 hectáreas- hasta la incorporación de un invernáculo francés, una biofábrica con equipos de los Estados Unidos y Alemania, un cablevía colombiano y un galpón de empaque -el más moderno que existe aquí- a lo que se suma un programa de extensión y capacitación de transformación frutícola.
De a poco, se aspiraba impactar en el mercado y que la gente empezase a ver que Formosa ya contaba con una banana de altísima calidad y de un gusto exquisito.
La cosecha estaba vinculada con tres variedades propias: Gran Enano, Williams y un biotipo de la zona. Con esa primera cosecha, además de la calidad, se pudieron comparar rendimientos y todas las medidas que se toman en el cacho y el racimo y en el fruto.
En cuanto a las expectativas de rendimientos se calculaba un piso de 40 toneladas por hectárea, que duplican los actuales. Se pretendía llegar a los centros de venta del país con la mejor calidad y con el sello distintivo de Formosa.
Para remitirlas al mercado se diseñaron cajas de cartón de 22 kilogramos cada una que salieron de Tacaaglé con el nombre institucional de Pacová porá -banana linda en idioma guaraní- y la referencia de Formosa como punto de procedencia.
Alta calidad
“Lo que nosotros pretendemos demostrar es que estamos en condiciones de producir una banana de alta calidad comercial, con un aspecto parecido al de la fruta traída desde el exterior”, consignó el profesional.
Puntualizaba Balonga que todos estos pasos estaban orientados a ponerle límites a las situaciones que impiden que se consigan mejores precios porque generan que la banana formoseña llegue a los mercados muy deteriorada: “Es que la banana formoseña tiene mayor tenor de azúcar que la importada y sin embargo se la sigue madurando con las mismas dosis que se emplean para las frutas que llegan de afuera lo que hace que nuestra banana se deteriora mucho más rápido en las góndolas por lo que se hace necesario apelar a otras dosis”.
“¿Cómo será la banana formoseña de ahora en más? De excelente calidad sin ninguna duda. Es el objetivo nuestro”, ratificó con entusiasmo el funcionario quien confía en que una de las variedades que más va a jugar en Formosa es la banana Williams que se hace mucho en Bolivia y es la de mayor ingreso y distribución en el mercado argentino.
De todos modos, reconoció que la tarea de los componentes genéticos y tecnológicos apenas comienza ya que lo que se pretendía entonces era definir el cultivar más conveniente para Formosa.
En tal sentido comentaba que el Cedeva de Misión Tacaaglé ganó un proyecto de marcadores moleculares para banana para ir definiendo a través de exámenes de ADN qué tipo de cultivares hay para diferenciarlos.
“Cualquier productor que cultiva maíz, por ejemplo, sabe qué variedad, de qué grupo, qué calidad y cuándo lo tiene que sembrar. Acá los materiales de multiplicación se han traído de cualquier lado. Los conseguían, veían una linda banana en determinado lugar, la traían, la plantaban y después se perdía esa historia esa porque no se sabía de dónde ni cómo se los trajo”, expuso Balonga.
Ahora podemos decir qué planta de banana es y el modo cómo se las debe manejar”, agregó el especialista de Cedeva quien consideró que la variedad Williams es el caballito de batalla porque ha soportado las heladas, la sal y la sequía mucho mejor que otras variedades: “La planta ha tenido mayor sobrevivencia en el campo y ha dado mejor producción”.