TERCER MILENIO
La celebración por haber cambiado el destino provincial
Este cumpleaños de Formosa, fundada por el comandante Luis Jorge Fontana el 8 de abril de 1879, tiene connotaciones especiales, ligadas a los sentimientos entrañables, para quienes han tenido la dicha de haber nacido aquí y, además, para los que la que al percibir esa particularidad la eligieron como destino de vida.
No es una referencia inestimable ella porque ha quedado visible que los que más han contribuido a la evolución de esta provincia que está de fiesta por sus 143 años son aquellos que la quieren y sienten amarla desde el alma.
No faltaron los que con sarcasmo recibieron esa explicación acerca de la dimensión que tiene ese valor sentimental para impulsar proyectos transformadores en todos los campos a partir del reconocimiento de la propia Nación que no han sido pocas las moras con este lugar de la Argentina, sobre todo a partir de considerarlo territorio de entrega o sitios de eventuales conflictos bélicos con países vecinos.
Hasta recrearon calificativos que desacreditaban a quienes se animaron a atar los planes de desarrollo con la necesidad de afirmar la identidad cultural propia.
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Conducción propia
Casualmente, recién en 1995 asumieron la conducción de los destinos de la provincia dos formoseños nativos. Sin desmerecer a las duplas antecesoras, el detalle no es menor si se acepta el criterio de que querer y sentir a Formosa es fundamental para que surgiese una visión diferente de lo que hacía falta emprender para promover el cambio tan esperado.
Probablemente para algunos estudiosos de la sociología esta ocurrencia no resista la menor consideración; pero la realidad, con sus resultados, acreditan a favor de esa postura.
Para quienes conocieron la provincia de algunas décadas atrás no les resulta difícil entender que la precariedad en materia de infraestructura económica y social conspiraba contra esa anhelada integración territorial con equidad social.
A tal punto que su progresiva consolidación permitió el encuentro entre formoseños de los cuatro puntos cardinales que han dado fe que se desconocían.
Mosaico cultural
Los rasgos, la tonada, las costumbres, el carácter y hasta los sueños eran distintos entre quienes habitaban esta ciudad con los de los departamentos del extremo oeste o los parajes y comunidades del noroeste o del sur del territorio.
Ese mosaico cultural recién fue descubierto por propios y extraños cuando la apertura de los caminos facilitó el acceso a todos los rincones del territorio.
Los historiadores
Y ese conocimiento se enriqueció con el surgimiento de los historiadores que no solamente se limitaron a esta ciudad sino que profundizaron la búsqueda de antecedentes cuando apareció ante sus ojos una sorprendente realidad de la que también formaron parte policías, gendarmes, militares, ferroviarios y docentes que llegaron desde otros puntos del país en búsqueda de trabajo o por fijación de destino por parte de sus superiores.
Un mensajero de esa realidad fue el cantor, el músico, el bailarín que llegó hasta los confines del territorio con su arte y descubrió en los otros lo que nunca habían imaginado que existía.
El capitalino relataba sobre el movimiento portuario con los buques de carga y de pasajeros y en la década del 70 de los aviones de línea mientras que los criollos y aborígenes del interior contaban sus experiencias en los trenes y la diferencia del escenario natural con vegetación chata, escasez de agua y la furia del viento norte combinado con las temperaturas insoportables y la insuficiencia de lluvias.
Agua bendita, pero…
Quienes habitaban la ribera del Pilcomayo o del Bermejo contaban con el rico aporte de agua y peces, pero también con la invasión de los sedimentos que fueron destruyendo comunidades enteras y hasta llegaron al borde de la fuga definitiva como pasó con el primero de ellos que solamente está presente en 30 kilómetros.
La planificación global y los planes de desarrollo territorial contribuyeron a sumar ideas, propuestas, sentimientos y proyectos que se convirtieron, desde la comprensión de los conductores políticos, en un modelo que a esta altura de los tiempos muestra resultados y la existencia real de un cambio en todos los campos que es el que la mayoría celebra hoy en las vísperas y mañana 8 de abril, fecha de nuestra fiesta cívica y fasto provincial.
Justo L. Urbieta