TERCER MILENIO
La fiesta de un pueblo que se reconoce como cuna de la cultura formoseña
Por Justo L. Urbieta
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Estos días los amantes de las tradiciones, en todas sus expresiones, tendrán durante tres jornadas a partir de hoy en la Fiesta Nacional del Pomelo de Laguna Blanca un inmejorable pretexto para encontrarse con ellas y dar rienda suelta a sus ansias de recreación y esparcimiento con la megaferia integral que lo entorna.
Los lugareños se sienten orgullosos de su pueblo y no dudan en reconocerlo como la cuna de la cultura formoseña.
Así opinaba el actual intendente, Ricardo Lemos, quien revela que el canto, la música, la danza, la poesía, la pintura, las artesanías y el arte en general son una prioridad, significando que Laguna Blanca es cuna por excelencia de grandes artistas.
Existen allí distintas escuelas de danzas el Ballet Municipal que participan en la gran Fiesta Nacional del Pomelo, cuya trigésimo octava edición se inicia este viernes.
Se suman a ellas la Asociación de Artesanos, el taller de Pintura Matices y la Asociación de Músicos, entre otros, destacando que la mayoría de los artistas se encuentran agrupados y cuentan con apoyo municipal.
La Fiesta del Pomelo es un motivo de orgullo para los lagunenses ya que ese acontecimiento le ha dado proyección nacional e internacional y una dimensión que tiene connotaciones de megaferia que reemplaza al festival artístico como naciera en la Escuela de Frontera 6 “José Hernández”.
Evocan los vecinos a Eda Duarte, quien fue consagrada como la primera Reina Provincial del Pomelo en el festival inaugural de este acontecimiento artístico que se llevó a cabo entre los días 9 al 15 de abril de 1972 en dicha escuela.
La comisión organizadora estaba presidida por Romualdo Pelozo.
El paréntesis impuesto por la pandemia acrecentó el entusiasmo del público que anhelaba este reencuentro que también lo aprovechan para sumarse a una movilización colectiva para evocar a los pioneros y a quienes contribuyeron a afirmar su evolución que ha sido extremadamente dinámica en los últimos años.
Docente protagonista
Aurelio “Neco” Boggiano es un docente jubilado que luego de egresar como maestro en esta capital se radicó en esa comunidad en 1960.
Relataba que en ese mismo año, un 25 de mayo mostró su apego a las tradiciones al sumarse en la plaza San Martín de Laguna Blanca a los demás integrantes de la Peña Chispazos de Tradición que ofrecieron sus bailes junto con otras agrupaciones y cultores del arte nativo.
Compartía esa peña, entre otros, con Ramón Sambrini, Ramón Mercado, Manuel Acosta, los hermanos Mixdonio, Evelio y Nino Portillo, Carlos Caballero y Miguel Ángel Acosta.
Entre las damas estaban Amelia Falcón, Rubí Insfrán, Olga Martínez, Matilde Acosta, Chichita Celías, Nelly Larrosa, Mary Alberti, Mami Bordón y Tila González, entre otras.
Pero, además de la tradicional plaza, fueron los patios de la Escuela de Frontera 6 “José Hernández” y de la parroquia los lugares elegidos con preferencia para organizar encuentros culturales.
Un festival icónico
En el espacio contiguo a la sede religiosa que evoca a San Francisco de Asís se realizó lo que fuese un antecedente previo al lanzamiento del festival Provincial del Pomelo como se lo denominó inicialmente: el Primer Festival Folclórico del Noreste Formoseño realizado el 14 de junio de 1969.
Una multitud adhirió a este acontecimiento nativista y se contó con la participación de una delegación de esta capital presidida por quien fuese uno de los máximos cultores y difusores del folclore nacional y regional en Formosa, el polifacético Mario Bejarano.
Entre otros, lo integraban bailarines y el por entonces consagrado conjunto vocal Los Sembradores.
Asistieron a ese que se convirtió en un acontecimiento que marcó el destino cultural lagunense el por entonces intendente Rubén Salaberry Ramos y el doctor Victor Verón Barreto, médico sanitarista y que llegó a ocupar la subsecretaría de Salud Pública de la provincia.
Buenos vecinos
Mencionaba Boggiano a pobladores que se preocuparon por el desarrollo integral de Laguna Blanca entre ellos al doctor Miguel Ireneo Ortiz de dilatada trayectoria; al farmacéutico Franco “Palillo” Romero al que cita como “un hombre servicial”, Ricardo Lacuadri, Alfredo Lemos, Gustavo Sosa Escalada Y Federico Baldús ,entre otros.
Hizo una especial mención de don Elías Fernández Carrizo “quien en su dilatada trayectoria docente fue pilar en el desarrollo cultural y social por cuanto integró todas las entidades e instituciones de bien público”.
Aurelio señala que Laguna Blanca fue centro siempre de grandes eventos deportivos, sociales y culturales. Además del recordado Festival Folclórico del Nordeste Formoseño , el Festival del Pomelo fue incorporado como parte de la identidad de los lagunenses.
La primera edición data de 1972 y su impacto popular fue aumentando a tal punto que se consiguió que por ley 27.128 del 31 de marzo de 2015 se la declarase Fiesta Nacional.
“De aquel entonces, Laguna Blanca mucho ha cambiado y para bien ya que es una pujante ciudad ”, reconoce para detenerse especialmente en la moderna infraestructura educativa actual que reemplazan a lo que llama “las lejanas escuelas rancho”, no ocultando su regocijo por la creación y puesta en marcha del Instituto Universitario Formoseño, la facultad de Medicina y el moderno hospital que fueron logros de un hijo del pueblo, el actual gobernador Gildo Insfrán.