TERCER MILENIO
La movilización peronista confiada en sostener la conducción del poder en la Nación
Por Justo L. Urbieta
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Ya está en marcha en la provincia una etapa decisiva en la campaña electoral que determinará el 22 de octubre el destino de la Nación ya que, como nunca, aparecen en el escenario protagonistas de la extrema derecha que han surgido como novedades políticas frente a una conducción por parte del peronismo que debió soportar desafíos internos y externos que condicionaron su eficacia en el PEN.
Ya sea han resuelto dos etapas de las cuatro probables que han estimado quienes analizan con sensatez el avatar político nacional ya que si se trata de confiar, como antes, en los pronósticos de las encuestadoras de opinión es probable que subsista la desorientación y el error de cálculo.
No se trata de descalificar a los profesionales que trabajan en este quehacer puesto que se ha recreado el descrédito en la población de tal manera que la ciudadanía no se muestra abierta a ser sincera en la cita de su data o en dar a conocer su opinión.
Hay quienes desde los medios hegemónicos de comunicación – sobre todo metropolitanos- que atribuyen, sin duda equivocadamente y en forma sorprendente, al fracaso de la política o al hartazgo que ella ha generado en los últimos años y en particular desde la recuperación de la democracia hace 40 años.
Es probable que en esa interesada versión se haya confundido a la ciencia política con la dirigencia política o con el comportamiento de ciertos actores políticos que no han estado a la altura de las circunstancias.
Ocurre que la ciudadanía se confunde cuando desde las redes sociales, los medios gráficos, radiales y televisivos se pondera el liderazgo de ciertos personajes que, en realidad, son responsables de los pesares económicos y sociales de la Argentina.
También cuando se carga en contra de los gobiernos de turno sin mediar consideración acerca de situaciones límite como las que tuve que afrontar Alberto Fernández con pandemias sanitarias y políticas y los rigores del cambio climático o de los conflictos bélicos internacionales.
Esos temas son los que está abordando en estos días Gildo Insfrán quien mantiene como razón emblemática de su discurso la relevancia del Modelo Formoseño para el Desarrollo Provincial lanzado en 1995 que le ha permitido revalidar títulos sin solución de continuidad convirtiendo al peronismo y sus aliados en una fuerza invencible.
El 20 de junio el Frente de la Victoria logró la adhesión del 70 por cierto de la adhesión ciudadana en las urnas y el 13 de agosto un porcentaje cercano al 50 por ciento con los candidatos a senadores y diputados nacionales de Unión por la Patria.
Pese a todos los pronósticos en contrario, Insfrán confía en que la aparición de Javier Milei en las preferencias para la presidencia de la Nación en ocasión de las PASO nada tiene que ver con un análisis sensato y racional de la nominación sino una llamada de atención de parte de la población que entiende que hay una distancia importante entre sus aspiraciones y las propuestas y discursos de los candidatos.
Gildo ha insistido en que confía que sea Sergio Massa quien triunfe en los comicios de octubre y eventualmente en un ballotage en noviembre para que tenga continuidad el ideario peronista que ha conquistado derechos y dado respuestas a las genuinas demandas y sueños de los formoseños en particular y los argentinos en general.
Es que tiene el ejemplo claro de lo que significó el neoliberalismo entre 2015 y 2019 para Formosa cuando, caprichosamente, Mauricio Macri decidió paralizar todas las obras en marcha en la provincia y postergar emprendimientos emblemáticos ligados a la salud, la trasformación productiva y la construcción de obras estratégicas que promuevan el desarrollo de amplias comarcas que soportan los rigores de los vaivenes de las lluvias y el aporte de los ríos jurisdiccionales para el consumo humano y animal y la diversificación de la producción agroindustrial.
El gobernador confía en Massa quien ha demostrado que, como lo había dicho días atrás “está dentro del corral”, una aclaración válida para quienes aún no estarían muy conformes con su nominación aunque con su protagonismo para estabilizar la economía y renegociar la enorme deuda con el FMI contraída por Macri ha dado muestras de responder a las banderas históricas del peronismo.