Tendencias
Los deportes mentales viven una segunda juventud
Los deportes mentales son una de las prácticas que vuelven a estar de moda en nuestra sociedad. La realidad es que nunca han caído en un olvido total, pero, debido a las últimas tendencias y a la consolidación de internet, tienen muy buena acogida de nuevo. Aunque siguen lejos, en cuanto a expectación, de disciplinas deportivas más físicas, ya sea fútbol o baloncesto, su interés sigue estando a la orden del día.
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Antes de entrar en materia e identificar aquellos puntos que explican la segunda juventud de estas actividades, vamos a definirlas. Se trata de juegos que exigen el intelecto por delante del físico y que cuentan con características que responden a la competitividad, con un rival y unas normas a seguir. Son considerados como deporte porque exigen desgaste físico, el cerebro en este caso; una competición y unas reglas a las que atenerse.
Respondiendo a estas características, uno podría nombrar varias actividades que responden a ellas afirmativamente. En realidad, y según una asociación internacional que los regula, actualmente son cinco los deportes que conforman este grupo selecto: el bridge, las damas, el póker, el go y el ajedrez. Tal es su influencia creciente, que en el campo deportivo crecen los rumores que sitúan a alguno de ellos como deportes olímpicos en las próximas ediciones.
Detalles que explican su popularidad
La reciente popularidad que presentan estos deportes mentales se debe, en gran parte, a la buena migración que han tenido hacia internet. Esto se explica con la aparición de plataformas especializadas que permiten las diferentes prácticas con la posibilidad de estar en mesas y campeonatos de póker desde cualquier lugar y en cualquier momento, o el hecho de tener a disposición, acorde al nivel de cada uno, una batalla de blancas y negras del ajedrez online. Ya no hay excusa, pues siempre habrá un compañero de mesa, aunque este sea virtual.
En la misma línea, no se ha desatendido a la formación de los diferentes practicantes. Si antes uno aprendía a base de errores y experiencia en la mayoría de los casos, ahora hay academias especializadas que se presentan en el campo digital. Estas ofrecen mucho conocimiento y permiten mejorar la estrategia y las habilidades de los practicantes. Además, en un escalón inferior, también ofrecen lecciones específicas o retos diarios para que cada uno ponga a prueba sus conocimientos.
Y no menos importante es el hecho de tener una comunidad de aficionados a estas actividades. Lo que antes tenía lugar en un espacio físico, ahora se ha digitalizado. Esto también debe su importancia al hecho de tener referentes. Cada vez es más fácil seguir a los grandes expertos de estos deportes mentales mediante internet, y esto es gracias, sobre todo, a las plataformas de streaming que apuestan por emitir competiciones en directo como si de un deporte físico tradicional se tratase.
Beneficios de su práctica
Aparte de ese componente social al que se ha hecho mención, es necesario poner en valor algunos de los beneficios que provoca la práctica de estos deportes. De los más evidentes, destaca la mejoría de la concentración y de las habilidades mentales. Para salir victorioso de una partida, en muchas ocasiones, se requiere de una fortaleza mental y de la aplicación de diferentes estrategias, según los movimientos del rival, para saber dar respuesta y llegar a superar a los contrincantes. Cada acción conlleva unas consecuencias y debe tener una razón de ser.
A largo plazo, el desarrollo de esta actividad hace aumentar la capacidad de análisis de aquel que la práctica, así como la memoria. Pero, no solamente eso, según los expertos, permite introducirnos en el mundo de los conocimientos aritméticos y potenciar la capacidad de atención. A la larga, y como confirman varios estudios, a aquellos que lo han practicado les ayuda a evitar la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o la demencia senil. Grandes beneficios de prácticas que llevan siglos con nosotros y que ahora viven una segunda juventud vía online.