AFIRMACIONES DEL DIPUTADO PROVINCIAL, ROBERTO VIZCAÍNO
“Los horizontes de vida de las mujeres indígenas se modificaron sustancialmente”
El legislador indicó que uno de los grandes avances tiene que ver con la educación, ya que “las mujeres fueron una de las grandes perjudicadas por las condiciones en materia educativa, pero hoy en día la realidad en la provincia nos muestra una situación muy distinta”.
El diputado provincial por el Partido Justicialista (PJ) Roberto Vizcaíno, se refirió a la situación de las mujeres indígenas en la provincia de Formosa y aseveró que los horizontes de sus vidas se “han modificado sustancialmente”, en todo el territorio provincial.
“El lugar de la mujer en la sociedad contemporánea ha cambiado en las últimas décadas, dejando al desnudo una serie de inequidades que las políticas públicas han ido resarciendo. Históricamente las mujeres indígenas han tenido enormes dificultades para desarrollar su proyecto de vida libremente, debido a un contexto que era muy hostil desde lo familiar, cultural y económico”, sostuvo.
Y agregó: “Sin embargo, los últimos 30 años han mostrado en la provincia de Formosa una profunda transformación respecto a esa realidad, que hoy, a pesar de que el camino no está concluido claramente, muestra una situación muy diferente para las mujeres indígenas”.
En ese marco, el legislador con vasta militancia y trabajo territorial en el Oeste formoseño, indicó que uno de los grandes avances tiene que ver con la educación, ya que “las mujeres fueron una de las grandes perjudicadas por las condiciones en materia educativa. Hoy en día la realidad en la provincia de Formosa nos muestra una situación muy distinta”.
En ese marco, mencionó que, la posibilidad de contar con jardines, escuelas y colegios de modalidad intercultural bilingüe en sus propias comunidades (en algunos casos incluso institutos superiores), “el gran trabajo” que se ha realizado en materia de salud, tanto en la prevención de enfermedades como en las políticas de planificación familiar, el crecimiento exponencial en los servicios públicos de electricidad, agua potable, vivienda, comunicación y conectividad, “han posibilitado una transformación muy importante en las posibilidades de las mujeres de avanzar en sus estudios”.
“Esto se refleja en los índices educativos provinciales que nos muestran que, en el nivel secundario, de los 6.600 estudiantes indígenas, el 54% son mujeres; mientras que en la Comisión de Estudiantes de Pueblos Originarios (CIEPO), conformada por más de 200 estudiantes de comunidades de toda la provincia que cursan el nivel universitario y terciarios en la ciudad de Formosa, está compuesta en un 64,7% por mujeres”, detalló.
En cuanto a la situación económica, “otra pata fundamental para disminuir la brecha de género”, Vizcaíno aseguró que el mejoramiento de las condiciones también les ha permitido acceder al trabajo formal en instituciones públicas (como maestras, profesoras, enfermeras, etcétera) y privadas (principalmente en comercios).
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Generar y ganar espacios
El legislador señaló dos ejemplos que muestran el crecimiento en cuanto a las posibilidades de generar ingresos por parte de las mujeres, y con ello ganar espacios tanto en su ámbito familiar como en la comunidad.
El primero es el de la producción de artesanías, actividad casi exclusiva de las mujeres, que ha mostrado un gran desarrollo en las últimas décadas: las mujeres productoras han pasado de vender sus artesanías a intermediarios, yiqueros, a través del sistema de trueque, a la venta directa a sus consumidores e incluso a conformar grupos asociativos con otras mujeres para realizar envíos a los grandes centros turísticos del país.
Según el diputado, junto con diferentes asociaciones y cooperativas que trabajan con mujeres indígenas en la producción y comercialización de artesanías, el Gobierno de Formosa a través del programa provincial de difusión y promoción de las artesanías indígenas acompaña dicho proceso.
“Todos los meses se realizan compras de artesanías en las diferentes comunidades, las cuales posteriormente son vendidas por la Casa de la Artesanía, perteneciente al ICA, a clientes minoristas y mayoristas de la provincia y de todo el país”, precisó.
El segundo ejemplo a mencionar es la producción de harina de algarroba, donde cientos de mujeres participan de la recolección y venta de los chauchas, insumo fundamental del proceso.
Vizcaíno puntualizó que, en la campaña 2022/2023, fueron 750 las mujeres de distintas comunidades del departamento Ramón Lista que proveyeron de frutos de algarroba a las tres fábricas de harina que allí se encuentran: El Potrillo, El Quebracho y Lote 8. Además, las mujeres también participan en la industrialización, desde el secado, la molienda, fraccionamiento, hasta la comercialización.
“Este proceso estuvo apoyado íntegramente por el estado formoseño, que financió la compra de chauchas, la adquisición de equipos e infraestructura de las fábricas, y es quien compra casi la totalidad de la harina elaborada para ser utilizada en la empresa provincial Nutrifor”, destacó.
Por último, Vizcaíno reconoció que, si bien, “los procesos de transformación son lentos, no puede negarse que los horizontes de vida de las mujeres indígenas se han modificado sustancialmente”.