ERA EL FUNCIONARIO CUYA CAÍDA MÁS RECLAMABA EL KIRCHNERISMO
Martín Guzmán renunció al Ministerio de Economía mientras hablaba Cristina Kirchner
Dijo que sus conceptos no habían logrado entusiasmar a otros miembros del Gobierno. En un posteo en Twitter, el ministro expuso el texto de 7 carillas enviado al presidente de la Nación.
Mientras la vicepresidente Cristina Kirchner, en Ensenada, volvía castigar los conceptos del presidente de la Nación, Alberto Fernández, Martín Guzmán renunció al ministerio de Economía. Era el funcionario cuya caída más reclamaba el kirchnerismo.
En su extenso texto de renuncia, de 7 carillas, Guzmán recuerda que “desde el día en que los argentinos y las argentinas percibimos que usted podía llegar a ser el Presidente de la Nación, busqué ser su ministro de Economía” y caracteriza aquel momento como “tiempos muy difíciles” en los que -dice- “sentía que mi responsabilidad con la Patria, con mi pueblo y con mi familia era aportar a la construcción de una salida a la crisis económica que vivía el país”.
Sin embargo, poco más adelante Guzmán reconoce una temprana frustración. “La primera vez que le hablé a la Argentina como ministro de Economía de la Nación, conté que nuestro objetivo era tranquilizar la economía. Puede que a varios ese concepto no les genere demasiado entusiasmo, pero a mí siempre me pareció (y me parece) que tranquilizar la economía constituiría una verdadera épica”, señala.
Para lograrlo, prosigue, “Una condición necesaria (...) era resolver el problema de las deudas externas insostenibles, que agobiaban tanto al Estado como a la Argentina toda. Ése era un punto de partida. Una condición necesaria, no suficiente, para sacar al país del sendero recesivo con destrucción de puestos de trabajo y de empresas por el que venía transitando, y retomar una senda de progreso económico y social”.
En las últimas semanas la presión sobre Guzmán se había intensificado tanto de parte de los mercados como del ala kirchnerista del Gobierno.
La vicepresidente Cristina Kirchner denunció en un duro discurso un “festival de importaciones”, al que Economía y el Banco Central reaccionaron el lunes instaurando una suerte de supercepo a las importaciones que exacerbó las presiones sobre el dólar y llevó al riesgo-país por encima los 2.400 puntos básicos, un nivel casi de default.
Con el supercepo la cartera económica logró que el Banco Central se haga de más de USD 1.000 millones en pocas jornadas y dio por cumplidas las metas del segundo trimestre del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
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La caída de los bonos en pesos
Guzmán, ya había tenido problemas serios para sostener el financiamiento del programa económico a través de la colocación de bonos en pesos ajustables por inflación, cuya cotización cayó fuertemente en las últimas dos semanas y puso en serias dudas la sostenibilidad no solo de la cotización de los bonos -que el Banco Central salió a sostener, mediante compras que financió a fuerza de emisión monetaria- sino de la política económica.
La evidencia de que el conflicto entre el presidente -su sostén político- y la vicepresidente de la Nación -su principal cuestionadora- no dio ningún signo de tregua, como se volvió a evidenciar entre el discurso de ayer de Alberto Fernández y el de hoy de Cristina Kirchner- pudo haber impulsado la decisión definitiva de Guzmán, que además veía pasar cada día numerosos rumores y operaciones en torno de su desplazamiento y eventual reemplazo.
En las últimas semanas, además, Cristina Kirchner, mantuvo reuniones con economistas de corte más ortodoxo, como el expresidente del Banco Central, Martín Redrado, y el presidente del Ieral, Carlos Melconian, severos críticos de la política económica de Guzmán y, más en general, de la gestión de Alberto Fernández, jaqueada no solo por la crisis económica sino también por la creciente incertidumbre política.
Guzmán, además, no logró consolidar ninguno de sus objetivos. La restructuración de la deuda con los acreedores privados, completada a fines de agosto de 2020, no logró disipar en ningún momento las dudas sobre la sostenibilidad de su política económica. El riesgo-país nunca logró consolidarse por debajo de los 1.000 puntos y a lo largo de este año creció sostenidamente, acelerándose en las últimas semanas, al tiempo que también aumentaban las dudas sobre los bonos en pesos emitidos durante la gestión de Guzmán. Del otro lado, la negociación con el FMI consumó más de dos años de gestión y fue rechazada en el Congreso por el kirchnerismo.
“Están destruyendo la Argentina”
Funcionarios y dirigentes de la oposición se hicieron eco de la repentina renuncia. Una de las primeras fue la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, quien dijo: “La interna del Gobierno ha dado un nuevo paso en la disolución del Estado, cruzado por un conflicto del oficialismo donde ambos, presidente y vicepresidenta, están destruyendo la Argentina. La guerra del peronismo no puede desviar nuestro objetivo de cambio”.
Otro referente de Juntos por el Cambio que se manifestó fue Diego Santilli. “La renuncia de Guzmán es un capítulo más de la irresponsabilidad de Alberto y Cristina. Un gobierno sin rumbo que sigue destruyendo el presente y el futuro de los argentinos”, escribió el diputado en sus redes sociales.
La ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal subrayó que “no importa” el nombre del Ministro, sino que “importa el plan y nunca hubo plan”. “No importa quién asume, nos importa si habrá plan económico o un año y medio más de improvisación”, insistió.
Por su parte, el economista y diputado nacional por La Libertad Avanza, Javier Milei, señaló: “Mientras Alberto Fernández alardea por el crecimiento económico, Guzmán renuncia. Lo hace en medio de una situación donde la falta de oportunidades y la inflación que crece de una manera descontrolada, derivan en mayor pobreza. Existe la salida pero requiere de pericia, reputación y coraje para implementarlo. De la mano del liberalismo vamos a salir de esta miseria. Podemos hacerlo”.