LEY ÓMNIBUS
Milei presiona a los gobernadores: repondrá Ganancias solo si apoyan la ley ómnibus
El Presidente no incluyó la reversión del impuesto en el paquete para que los mandatarios lo ayuden a aprobar los cambios en el Congreso; no descarta hacer una reforma parcial por decreto si el Poder Legislativo traba las modificaciones.
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Pese a que se prevé una intensa puja con la oposición para conseguir los apoyos durante el período de sesiones extraordinarias, el Gobierno confía en que el Congreso aprobará el ambicioso proyecto de ley ómnibus con el que el presidente Javier Milei aspira a poner en marcha un paquete de reformas para desregular la economía y modificar el funcionamiento del Estado frente a la aceleración de la crisis y el deterioro del tejido social.
El optimismo en la cúpula del Ejecutivo se ancla en que Milei se guardó una carta para comprometer a los gobernadores en la tarea de recolectar los votos necesarios para que ambas cámaras le den el visto bueno al set de reformas económicas, financieras y fiscales que plantea el primer mandatario en el amanecer de su gestión: la reversión del impuesto a las Ganancias.
Si bien se preveía que el Gobierno incluyera la iniciativa para restituir ese gravamen en la ley ómnibus que envió Milei al Congreso, un reclamo de los mandatarios provinciales que vieron afectados sus recursos coparticipables por la reforma que implementó Sergio Massa en plena campaña, el jefe del Estado lo quitó del paquete con el fin de preservar un instrumento para negociar. Es decir, prefirió quedarse con esa garantía para presionar a los gobernadores y lograr que colaboren con el oficialismo para obtener el aval de las cámaras de diputados y senadores a su megaproyecto, según confirmaron fuentes oficiales.
Milei, que rechazó de plano la idea de un grupo de caciques del PJ de coparticipar el impuesto al cheque, está dispuesto a asumir el costo político de restituir ganancias –mandaría un proyecto más adelante, en extraordinarias- mientras avanza con el plan de ajuste para bajar drásticamente el gasto público e implementar un “shock” económico. Pero quiere que los mandatarios provinciales se involucren en la tarea de ayudarlo a asegurar la gobernabilidad. “Ellos tienen que hacer su aporte y cumplir con su parte para que aprobemos la ley. Si nos ayudan con la gobernabilidad, nosotros los ayudamos a ellos con ganancias”, resumen en la cúpula del Gobierno.
Es más: remarcan que “no se trata de un chantaje, sino de una negociación política”. “Sería naif darles esa ayuda antes de que salga lo otro”, aseguran.
Con apenas 38 o 40 diputados y siete senadores, la Casa Rosada corre en desventaja y necesita abrir una vía de negociación para conseguir la sanción de la ley ómnibus en el Congreso.
Altos funcionarios del Gobierno consideran que, pese al malestar de gobernadores o jefes opositores por la falta de diálogo respecto de reformas estratégicas que afectan sus intereses o impactan en sus territorios, hay un consenso entre los mandatarios –incluso del peronismo- de que la Argentina requiere avanzar con un “cambio” y una transformación de raíz.