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Noche por la Memoria, Justicia + Verdad para reflexionar a través del arte
A 46 años de la dictadura cívico militar genocida más sangrienta ocurrida en el país y para no olvidar el impacto que tuvo en todos los ámbitos y en especial en la cultura argentina, mañana en La Mandinga (barrio Fleming) desde las 21 se vivirá la Noche por la Memoria, Justicia + Verdad, una propuesta para reflexionar a través del arte “porque todavía el dolor habla en primera persona, porque todavía quedan historias de vida por develar, porque todavía reclamamos verdad y justicia”, organizada por el centro cultural independiente y la APDH Formosa.
En la Noche habrán diferentes expresiones artísticas: una instalación audiovisual del corto cinematográfico Nombre y apellido realizado por la artista Ileana Dell’Unti, la puesta en escena de la obra teatral El silencio es salud, de Liliana Cappagli, ganadora del Certamen de Teatro por los Derechos Humanos; y música en vivo con Débora Raiter, cantautora de folklore latinoamericano e intérprete de tangos y rock nacional. Es militante por los Derechos Humanos, de profesión docente en escuelas aborígenes.
La obra El silencio es salud es presentada por el grupo de teatro La Mandinga y es una fuerte puesta en escena dirigida por Alejandro Risso y protagonizada por Florencia Cirigliano. En 1975, poco antes del golpe militar, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires lanzó una campaña llamada: El silencio es salud. El objetivo manifiesto era hacer tomar consciencia a los habitantes de esa ciudad de los efectos nocivos del exceso de ruido que ellos mismos producían, es decir cuidar a los habitantes. El texto teatral analiza las implicaciones siniestras de este slogan que pasó a ser entendido por el pueblo como “conviene no abrir la boca frente a los horrores de la represión y de la censura”.
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La dictadura actuó sobre la totalidad del campo cultural y comunicacional del país a través de la censura, la confiscación, la quema de libros, la exhibición limitada de obras, el cierre de editoriales, la persecución y desaparición de artistas, editores y periodistas. Tomó como espacios prioritarios determinados ámbitos del arte como el teatro, la literatura, la educación y grandes medios de comunicación; mientras otros fueron menos vigilados por ser considerados más marginales, como la historieta, el rock o el teatro independiente y desde allí se expresaban más críticas y se resistía.
Nombre y apellido
La instalación audiovisual del corto Nombre y apellido actualmente forma parte de la exposición en homenaje a las Abuelas de Plaza de Mayo: Marzo, Mujer, Memoria, organizada por el Fondo Nacional de las Artes en Buenos Aires, en representación de la provincia de Formosa. Con obras en distintos soportes, 31 artistas representantes de todas las provincias del país recuerdan la lucha de las valientes mujeres que atravesaron el dolor y la búsqueda de justicia con una fuerza y amor inclaudicables.
En el cortometraje, la artista Ileana Dell’Unti rastrea el origen de su nombre a partir de una carta que encuentra entre los papeles de su madre, una vez fallecida esta. En esa carta su madre escribe a su mejor amiga Ileana Gómez, asesinada por la última dictadura cívico-militar argentina, compartiendo sus reflexiones de adulta y los recuerdos de su juventud.
Entrevistando a diferentes personas que llevan nombres en honor a personas desaparecidas o asesinadas por la dictadura, la obra indaga en la construcción de la identidad y la memoria a partir de una práctica cotidiana como el nombrar y nombrarse, y en las historias que heredamos a partir de una forma de memoria colectiva que constituye gran parte de la cultura latinoamericana: la transmisión en el relato oral.