Palacios: “Prefiero que en mi pueblo haya una cancha de vóley antes que un monumento mío”

El jugador demostró su compromiso con el deporte y su pueblo a solo minutos de haber conseguido la medalla de Bronce frente a Brasil. Palacios escribió una de las páginas más importantes del deporte formoseño por lo realizado con el seleccionado nacional.
Ezequiel Palacios logró la medalla de Bronce con la Selección Argentina en los Juegos Olímpicos de Tokio, un suceso histórico para el vóley nacional y aún mayor para el deporte de Formosa. El nacido en la localidad de San Martín Dos estuvo a la altura, tanto dentro de la cancha como afuera, y así lo demostró cuando enfrentó los micrófonos tras superar a Brasil.
El formoseño agradeció el apoyo de todo un país: “El aliento que sentimos en estos Juegos Olímpicos fue increíble. Que la gente se junte a la madrugada y nos vea jugar al vóley es algo impensado”.
Sobre un posible homenaje en su San Martín Dos natal, Palacios afirmó: “Prefiero que en mi pueblo haya una cancha de vóley antes que un monumento mío. Eso estaría buenísimo y me pondría muy contento, porque lo que hicimos es gracias al vóley, al deporte en sí”. Un reflejo de la humildad que caracteriza a Palacios.
Sobre sus sensaciones tras la obtención de la medalla de oro: “Es una emoción muy grande ver ahí esa pelota picar en el campo de ellos. Nosotros no tomamos la dimensión de lo que fue ese punto. Fue un alivio, así que estamos muy contentos”.
La historia de Palacios tuvo un cambio de rumbo en un punto de su vida, bien podría haber ido por el lado del fútbol. De chico, a los 12, andaba bien en el arco y se probó en Argentinos Juniors. No tuvo éxito y siguió metido en el deporte hasta que una entrada le cambió la vida. Lo llevaron a ver en la capital provincial al seleccionado que hoy integra, justo en un momento duro: cuando perdió 3-1 con Venezuela la final del Preolímpico y se quedó afuera de Beijing 2008.
Por suerte el mal resultado no impidió que a Palacios se le despierte el interés por el vóley, fuera del fútbol, aunque contó más de una vez que los reflejos de aquellos tiempos en el arco lo ayudaron para lucirse en defensa. Empezó a jugar, se mudó a Formosa (a 368 kilómetros de San Martín Dos) para formarse en Instituto y San Martín, también apareció en selecciones juveniles, primero provinciales y luego la celeste y blanca.
Finalmente fue La Unión de Formosa, club en ese entonces con lugar en la Liga Argentina, el que lo llevó al profesionalismo y a dar dos saltos fundamentales para la carrera: a la Mayor y al exterior. Estuvo en el título panamericano de Toronto 2015, en el doloroso tropiezo de Río 2016 cuando Brasil truncó el sueño en cuartos de final, fue marginado por algún tiempo a raíz de la ley Velasco -el ex DT exigía una titularidad en los clubes que Palacios no tenía en su paso por Polonia-, regresó y ahora es una pieza fundamental para Marcelo Méndez.