LEY DE BASES
Poroteo en el Senado: leve ventaja oficialista
Un primer vistazo de las chances en la Cámara alta arrojaría una victoria oficialista de hasta 38 votos a favor, manteniendo la principal oposición apenas su tropa propia. Esos 33 liderados por José Mayans que el lunes en su reunión de bloque previa al inicio del debate en comisiones de las leyes mileístas se juramentaron mantener la unidad en esta coyuntura. Al menos hasta la votación en general. El radicalismo aparece, como en Diputados, dispuesto a darle al Gobierno de Milei las herramientas para gobernar.
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La Cámara de Senadores está metida de lleno en el debate de los dos proyectos aprobados en la Cámara de Diputados. Allí, el trámite fue tan intenso como extenso. Arrancó en el mes de enero, tuvo un traspié en febrero y se reanudó en abril. Con intensas negociaciones y muchas concesiones a la postre de parte del Gobierno nacional.
Pretender ahora que el Senado de la Nación le brinde al tema un trámite ágil y expeditivo puede resultar pretensioso. Sobre todo en una Cámara donde la principal oposición se acostumbró por décadas a ser mayoría amplia y en consecuencia amo y señor de los tiempos y las leyes. A lo máximo que pudo aspirar el espacio que más frente pudo hacerle -Cambiemos y luego Juntos por el Cambio- fue a obturarle al kirchnerismo la posibilidad de tener acceso a los dos tercios.
Hoy el peronismo/kirchnerismo no es mayoría y cuesta pensar que pueda llegar a serlo en estos dos años, pero como siempre el exoficialismo se autopercibe mayoritario y actúa como tal. En definitiva, no es sencillo vencerlos. Las derrotas del peronismo en el Senado se cuentan con los dedos de las manos. Así es desde que Raúl Alfonsín lo vivió en carne propia cuando la ley de democratización sindical.
Ahora se enfrenta a un nuevo desafío esa hoy primera minoría que ha tenido más victorias que derrotas en el Senado. No es sencillo y a priori todo parecería indicar que el nuevo oficialismo, a pesar de tener allí la minoría más extrema de la historia democrática argentina, tendría las de ganar en el debate de la ley de Bases y el paquete fiscal. Sin embargo el Senado es terreno sinuoso para todo lo que no sea peronismo.
Un primer vistazo de las chances en la Cámara alta arrojaría una victoria oficialista de hasta 38 votos a favor, manteniendo la principal oposición apenas su tropa propia. Esos 33 liderados por José Mayans que el lunes pasado en su reunión de bloque previa al inicio del debate en comisiones de las leyes mileístas se juramentaron mantener la unidad en esta coyuntura. Al menos hasta la votación en general.
Porque la votación en particular, como se demostró también en la Cámara será otra historia. Ahí no es que vaya a haber libertad de acción, pero está claro que todos los senadores se sentirán liberados para actuar según dicten sus respectivas conciencias. Es lo que pasó también en la Cámara baja. Es lo que pasará ahora -si se llega a la instancia de la votación en particular-, tanto en Unión por la Patria como en el resto de la oposición.
El radicalismo
Fundamentalmente interesa lo que vaya a suceder en el radicalismo, pues es muy numeroso y en Diputados se dio la situación de cumplirse el pacto de no votar con el kirchnerismo, al menos en la general. Ahí solo 4 diputados radicales se despegaron del resto de su bancada para abstenerse: los referenciados en Facundo Manes. Después, cada uno votó como le vino en gana.
En los cálculos previos a esta trascendental votación que se avecina, el radicalismo aparece, como en Diputados, dispuesto a darle al Gobierno de Milei las herramientas para gobernar.
Un cálculo previo indica que los votos positivos podrían ser 12, entre 13, la cantidad de integrantes del radicalismo en la Cámara alta. Entre los dos que no votarían de manera afirmativa, uno seguro es Martín Lousteau, deseoso de desmarcarse del Gobierno nacional cada vez que puede. No necesariamente votará en contra en la general; probablemente será una abstención, como Manes y compañía en Diputados.
Sobre el otro senador que podría no votar positivamente, en principio todos los caminos siempre conducen al fueguino Pablo Daniel Blanco, porque votó contra el DNU el mes pasado. Sin embargo este legislador radical confirmó ayer bien temprano que votará a favor en general, pidiendo modificaciones en particular.
Los 6 del Pro están por la positiva, por más que existan dudas en torno a la larretista Guadalupe Tagliaferri. El martes estuvo activa en el plenario de comisiones, mostró coincidencias con Martín Lousteau, pero en definitiva también se mostró conforme con la disposición oficial a dar respuestas.
Se descuenta que la tucumana Beatriz Avila, integrante de un monobloque que supo orbitar dentro de Juntos por el Cambio, pero también alejarse en su momento de Cambiemos, será un voto seguro a favor.
A priori también debería esperarse un voto positivo de parte de la neuquina Lucila Crexell, pero muchos hacen saber que la neuquina suele mostrarse muy independiente y ya ha dicho que ella no responde al gobernador de su provincia, Rolando Figueroa.
Debería esperarse que estén a favor los miembros del bloque Cambio Federal, Juan Carlos Romero, Andrea Cristina y Edith Terenzi. Al menos en la general.
De los dos senadores del Frente de la Concordia Misionero, Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, no se debería esperar otra cosa que un voto afirmativo, teniendo en cuenta también lo que hicieron los diputados misioneros hace una semana.
Por Santa Cruz
El bloque Por Santa Cruz es otra incógnita. Dos son sus miembros: José María Carambia y Natalia Gadano. En Diputados fue curioso lo que se dio con ambos santacruceños a la hora de votar: parecieron turnarse al votar en general. En ley Bases, José Luis Garrido votó a favor y Sergio Acevedo se ausentó; con el paquete fiscal hicieron al revés. La Libertad Avanza necesita a ambos santacruceños cuando el proyecto llegue al recinto.
Otra senadora que responde a un partido provincial es la rionegrina Mónica Silva. Quien reemplazó a Alberto Weretilneck en su banca se ha mostrado más lejana del actual oficialismo que cercana. Pero de cara a este debate, pareciera ser un voto positivo, desde que su gobernador celebró los cambios que legisladores patagónicos lograron en el dictamen de la ley Bases.
El mandatario provincial celebró que hubieran logrado conservar el Fondo Fiduciario de zona fría para garantizar la continuidad de la tarifa diferenciada de gas en la Patagonia, como así también blindaron a Vaca Muerta y los yacimientos rionegrinos “para que seamos las provincias quienes decidamos cómo, cuándo y de qué manera otorgamos las concesiones de gas y petróleo”, señaló.
Unidad Federal
Unidad Federal tiene 3 miembros y su papel en esta elección será determinante. Para uno u otro lado. Es una fija que la cordobesa Alejandra Vigo votará a favor, al menos en la general.
Las dudas están puestas en el correntino Carlos Espínola y el entrerriano Edgardo Kueider. Los últimos días se escuchó insistentemente hablar de la posible candidatura del exmedallista olímpico a gobernador de Corrientes por parte del peronismo, que trata de tentarlo para que se mantenga distante del oficialismo. El voto de “Camau” está en duda entonces.
Lo mismo pasa con el tercer componente de esta bancada: Edgardo Kueider. El entrerriano preside una de las comisiones que encabezan este plenario, Asuntos Constitucionales, pero como Espínola no tiene gobernador ante quien responder. Seguramente pensando en él, el peronismo de su provincia se pronunció esta semana en contra de la ley de Bases, argumentando que el proyecto “consolida un modelo de primarización de la economía, entrega del patrimonio nacional y destrucción de los derechos laborales, sin precedentes, y debe ser frenada por nuestros legisladores y legisladoras”. Y fueron más lejos al advertir que “quienes acompañen su aprobación, tanto legisladores y legisladoras, como gobernadores, serán cómplices de las nefastas consecuencias que acarreará para nuestra sociedad”.
Interbloque Unión por la Patria
Sobre los 33 miembros del bloque que encabeza José Mayans no hay antecedentes independentistas a la hora de votar. Muchos piensan que en esta próxima sesión podría modificarse esa tesitura. Se piensa particularmente en Catamarca, cuyos diputados le dieron una mano al oficialismo cuando se votaron los artículos del RIGI.
La senadora Alicia Corpacci ya aclaró que difícilmente fuera a acompañar la ley de Bases. En la previa del debate, adelantó que “seguramente no acompañe, es muy probable que no acompañe”. Y agregó: “Yo creo que el gobernador tiene la necesidad de buscar algún tipo de encuentro con el Gobierno nacional, porque las provincias necesitamos recursos de la Nación, y ahora más que nunca, con un Gobierno que nos ha recortado absolutamente todo. Pero eso no significa que nosotros los legisladores no tengamos la obligación de responder a ese sector de la población que nos votó a nosotros”. Lo máximo que podría llegar a hacer Corpacci es, probablemente, votar en particular favorablemente algún artículo.
Su comprovinciano Guillermo Andrada está más alineado con el gobernador Raúl Jalil, que llamó a apoyar la ley de Bases, pero es habitualmente muy crítico del Gobierno de turno. Con todo, lo más probable es que un voto positivo pueda darse cuando el debate en particular.
En los tucumanos está el antecedente saliente de que los tres diputados que responden al gobernador Osvaldo Jaldo se separaron del bloque que conduce Germán Martínez y votan ya alineados con LLA.
En el Senado eso no ha pasado hasta ahora, donde uno de los dos senadores es precisamente alguien que tiene cuentas pendientes con el gobernador tucumano, Juan Manzur. Su compañera de bloque es la senadora Sandra Mendoza, quien se ha mostrado alineada con sus pares cuando la votación contra el mega DNU.
Ella no ha soltado prenda sobre su voto, por eso se ha consultado a su esposo, el legislador tucumano José Orellana, quien en el programa Tucumán con Todo aclaró sobre el voto de su esposa que no quería ser un “metido”, pero reflexionó: “Tengo entendido que ella forma parte del bloque Unión por la Patria y está ahí. Pero también forma parte de un esquema político en el que nuestro gobernador también necesita que nuestros senadores acompañen. Decirte qué vota, sería quedar pegado en algo que puede o no puede ser”.
Y con la misma ambigüedad deslizó: “La pertenencia al bloque es sagrada, porque siempre uno ha tenido esa disciplina, pero también está el valor superior de la patria chica, que es Tucumán, y el gobernador necesita algún aporte en particular”.
Orellana sostuvo que la Libertad Avanza tiene la ventaja, ya que “tiene qué ofrecer”. “A Sandra le debe estar pasando eso. Tiene el mandato del bloque y una cercanía muy fuerte con Manzur que la puso en la banca. También con el gobernador hay un respeto y una consideración, y como somos parte de este Gobierno tenemos el interés de dar una mano a nuestro gobernador”, agregó sin dar más datos.
Un dato no menor es que el martes, en la visita de las centrales sindicales al bloque oficialista, Sandra Mendoza fue ubicada a la derecha del presidente del interbloque, José Mayans, en la mesa principal donde también estaba el pope sindical Héctor Daer.
Con todos los bemoles mencionados, un poroteo arrancaría con un oficialismo arriba en el número, con 35 votos casi seguros, en una votación donde las abstenciones serán determinantes.