Tercer Milenio
Tras el contundente aval del pueblo en las urnas, Gildo reinicia su gestión solidaria en el barrio Nam-Qom
Por Justo Urbieta
Recibí las noticias en tu email
“Todo está como era entonces: La casa, la calle, el río, los árboles con sus hojas y las ramas con sus nidos. Todo está, nada ha cambiado, El horizonte es el mismo; lo que dicen esas brisas… Ya, otras veces, me lo han dicho”. Son los dos primeros párrafos de “La vuelta al hogar, la bellísima poesía de Olegario Víctor Andrade con la que nos deleitaba en nuestros encuentros de amigos tras largas jornadas de trabajo el inolvidable amigo Virgilio Líder Morilla, ya fallecido, ex secretario Legislativo de la Legislatura de la provincia.
Y las prosas vienen a cuento del regreso a la tarea ordinaria, habitual y planificada de Gildo Insfrán en el contexto de una gestión que acaba de ser revalidada de manera contundente y que se traducirá este sábado 1 de julio en el barrio Nam-Qom con la continuidad del operativo solidario Por nuestra gente, todo.
Todo ha quedado atrás y en este momento el Tribunal Electoral Permanente de la provincia está abocado a la definición cuantitativa de los comicios que ya está mostrando algunos ejemplos de su razón de ser, como es el caso de Estanislao del Campo, como así también otros detalles que ponen en evidencia el discurso gubernamental en el sentido de que Formosa está ajustada a la Constitución y las leyes dictadas en su ejercicio en materia electoral.
Ni vale la pena recordar todo lo que se dijo e hizo desde la oposición para tratar de sacer de la cancha a Insfrán quien también tuvo razón cuando les decía en Lagua Blanca a los enviados especiales de los medios hegemónicos de comunicación de CABA sobre el respeto a la periodicidad y la alternancia tan desmerecida desde ellos desde siempre.
Hay, al menos, una decena de municipios que han mostrado cambios en las decisiones ciudadanas y en el caso del gobernador y vicegobernador hubo un pronunciamiento tan contundente del pueblo que no solo se convirtió en la prueba de la veracidad de las manifestaciones del lagunense sino también en la terminante adhesión al Modelo Formoseño.
Formosa fue el centro de las críticas antes del 25 de junio y a la medianoche de esa jornada la destinataria de los plácemes de las máximas personalidades del país y también algunas del exterior.
El gesto del presidente Alberto Fernández de acompañar a su amigo en la celebración de los 68 años de la provincialización de su querida Formosa, es por demás elocuente.
Esa es la razón por la que -más allá de las implicancia políticas que tiene este primer acto electoral de 2023, no debe olvidarse cómo influyeron en el contexto general el sentimiento de la ciudadanía en estas jornadas ligadas a dos actitudes de Insfrán decisivas para darle dinámica y continuidad a ese proceso que tuvo como protagonistas en la mañana del 5 de abril de 1955 a Vicente Tata Salemi y al general Perón: el bosquejo de un Modelo Formoseño para el Desarrollo Provincial y la Reparación Histórica. Con esta última, Néstor Carlos Kirchner compensa a los formoseños parte de la deuda secular de la Nación por desidia o por estrategia diplomática y política y con el modelo porque, sobre todo con representantes de espacios nacionales y populares, ha encajado en el proyecto nacional y de ese modo se convierte en un reaseguro de respuestas que todavía se necesitan para esta ansiedad para Formosa crezca en pocos años lo que no logró en décadas, se disipe definitivamente, más allá de lo conseguido en este tiempo de logros estratégicos.
El Hospital de Alta Complejidad y el Centro de Medicina Nuclear y Radioterapia son un ejemplo más de lo que se hizo para que sea posible esa liberación y dependencia del centralismo, en este caso en el campo de la salud, que sigue hablando de un federalismo al que no respeta ni acata en los hechos, tal como ha vuelto a quedar en evidencia.
El actual gobernador no solamente elogió siempre la gesta de los que actuaron como promotores de esta jerarquización institucional sino también del apoyo popular y de la comprensión acerca de la necesidad de que Formosa sea provincia encontrada en el coronel Arturo Iglesias Páiz, el último de los gobernadores territorianos y sobre todo en Juan Domingo Perón.
Dicho de otro modo, puso sobre el tapete los componentes de una modalidad de gestión comunitaria para que sus objetivos se alcancen al igual que sus sueños. Que el proyecto sea sólido, que siga teniendo consenso colectivo, producto de la unidad, la organización y la solidaridad y que se instale en el presente pero con una firme y decisiva proyección hacia el futuro.
Por eso es que más allá de los celos y disensos por las lógicas disputas partidarias, sería interesante que se sobrepusieran estos conceptos porque son los que hacen falta, necesariamente, para que tomemos el testimonio de Vicente Salemi y sus colaboradores y hagamos realidad, entre todos, sin exclusiones, la nueva provincialización.