El INT sin autarquía
Un duro golpe para el teatro argentino

La comunidad teatral expresó su fuerte rechazo al anuncio del Gobierno nacional sobre la reforma del Instituto Nacional del Teatro (INT), que implica la pérdida de su autarquía y su integración a la Secretaría de Cultura. La modificación, que se realizará por decreto alterando la Ley Nacional del Teatro sin debate parlamentario ni consulta al sector, desarticula un organismo fundamental para el fomento del teatro independiente construido gracias a la lucha histórica de los trabajadores de la cultura. El vocero presidencial Manuel Adorni anunció la eliminación del consejo directivo y de los representantes provinciales, que serán reemplazados por un consejo asesor ad honorem.
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La pérdida de autarquía del INT representa una amenaza significativa para el ecosistema teatral argentino, poniendo en riesgo su federalismo, su financiación, su capacidad de gestión eficiente y, en última instancia, la diversidad y la calidad de la producción artística en todo el país.
Entre las principales consecuencias de la pérdida de autarquía podemos mencionar:
-Menos voz para las provincias: La autarquía del INT, con sus representantes provinciales, asegura que las necesidades y particularidades de cada región sean consideradas en la toma de decisiones y la distribución de fondos. Al perderla, la toma de decisiones se centralizaría en la órbita de la Secretaría de Cultura, diluyendo la representación federal y la pertinencia de las políticas culturales para el teatro de cada provincia.
Desigualdad en el acceso a recursos: La asignación de fondos podría volverse más discrecional y menos equitativa, favoreciendo posiblemente a los grandes centros urbanos en detrimento de las provincias y localidades más pequeñas, donde el INT ha sido crucial para la subsistencia del teatro independiente.
Dependencia del Tesoro Nacional: Sin autarquía, el presupuesto del INT dejaría de tener una partida específica y garantizada por ley (que proviene de porcentajes de ciertos impuestos, como el IVA y los juegos de azar). Pasaría a depender directamente de las partidas presupuestarias anuales del Tesoro Nacional, lo que lo hace vulnerable a recortes y reasignaciones en cualquier momento, afectando la planificación a largo plazo de los proyectos teatrales.
Imprevisibilidad: La falta de un presupuesto propio y estable genera incertidumbre en la gestión de subsidios, programas de fomento y el funcionamiento de las salas teatrales, dificultando la continuidad de proyectos y la estabilidad laboral de los artistas y trabajadores del teatro.
Mayor injerencia política: Al perder la autarquía, las decisiones internas del INT (como la aprobación de subsidios, la organización de festivales o la designación de autoridades) podrían volverse más lentas y estar sujetas a criterios políticos coyunturales, en lugar de a criterios técnicos y artísticos específicos del sector.
Amenaza a la supervivencia de salas: Muchas salas de teatro independiente y autogestionadas en todo el país dependen de los subsidios del INT para su mantenimiento, equipamiento y programación. La inestabilidad de los fondos podría llevar al cierre de estos espacios, que son el motor del teatro federal.
Menos producción y diversidad: La dificultad para acceder a fondos y la incertidumbre desalentarían la creación de nuevas obras y la realización de giras, disminuyendo la cantidad y la diversidad de espectáculos disponibles para el público. Esto también afectaría la formación de nuevos talentos y el desarrollo de carreras artísticas.
Riesgo de injerencia en contenidos: Si el financiamiento se vuelve más discrecional, existe el riesgo de que se ejerza presión sobre los contenidos o las líneas estéticas de las obras que reciben apoyo, comprometiendo la libertad creativa y la pluralidad de voces en el teatro.
Plan de lucha
En Formosa, como en todo el país, los teatreros se convocaron en asamblea para analizar los pasos a seguir en la lucha por la defensa del INT. Piden que cualquier modificación al funcionamiento del Instituto sea debatida en el Congreso y consensuada con la comunidad teatral y subrayan que los aportes del INT no financian las obras en su totalidad, sino que son apenas un impulso para mantener viva una actividad vital para el desarrollo cultural del país.
En ese contexto, se conoció un documento firmado por ex directores Ejecutivos del Instituto Nacional del Teatro (Rubens Correa, Raúl Brambilla, Guillermo Parodi, Marcelo Allasino y Gustavo Uano) en el que se manifiesta el repudio a la decisión del Gobierno Nacional. “El Instituto Nacional del Teatro –señalan- ha sido, desde su creación, una herramienta fundamental para el fortalecimiento del teatro independiente en todo el país. Su carácter descentralizado, federal y colegiado permitió que miles de proyectos, festivales, espacios y comunidades teatrales florecieran en todas las provincias, con un impacto cultural y social incuestionable”.
Afirman también que modificar su estructura no sólo implica la desfinanciación del sector y la paralización de la actividad, sino también una enorme pérdida de fuentes de trabajo en todo el país: “Se trata de un nuevo y grave ataque a la cultura nacional, a nuestra identidad y a los valores de inclusión, diversidad y acceso que el teatro independiente encarna”.