FORMOSA trabaja en la implementación de LA LEY NACIONAL DE PREVENCIÓN DEL SUICIDIO 27.130
VITAM, un programa de prevención, intervención y postvención de los comportamientos suicidas
El Ministerio de Salud de la Nación dio a conocer en su último informe epidemiológico la cantidad de suicidios consumados entre el 2010 y 2019, cifra que llega a los 31.847. Es decir, 3.185 muertes por año, 8 por día y una cada 3 horas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el suicidio representa un problema de salud pública creciente y prioritario tanto a nivel mundial como regional y se define como un fenómeno complejo y multicausal donde interactúan factores biológicos, sociales, culturales, psicológicos y medio ambientales, constituyendo la cuarta causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.
La información recabada formará parte del material de apoyo para el sistema de vigilancia que se intenta implementar como estrategia en las diferentes provincias del país como parte de las medidas de prevención.
En ese sentido, DIARIO FORMOSA dialogó con Yessica Müller, referente de la Fundación Libella en Formosa que lleva adelante VITAM, un programa de prevención, intervención y postvención de los comportamientos suicidas, quien nos comentó sobre la importancia del informe y cómo se articula con las distintas acciones que se están ejecutando.
Desde la cartera de salud se están realizando encuentros regionales para coordinar un sistema unificado de información que no solo incorpore los casos de suicidio consumados, sino, además, los intentos de suicidio, dando a conocer también las cifras de vidas salvadas.
La iniciativa tiene como trasfondo la ley sancionada en 2015 y reglamentada en 2020 llamada Ley Nacional de Prevención del Suicidio 27.130, a la cual nuestra provincia aún no se adhirió. Está orientada a disminuir la prevalencia del suicidio a través de la asistencia y la prevención.
Allí se declara de interés nacional “la atención biopsicosocial, la investigación científica y epidemiológica, la capacitación profesional en la detección y atención de las personas en riesgo de suicidio y la asistencia a las familias de víctimas del suicidio”.
Cinco años después desde la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones se reglamentó la ley con los aportes de diferentes autoridades ligadas a la salud mental que propusieron que se unifiquen los registros sobre suicidios e intentos en un sistema de notificación obligatorio. También llama a las obras sociales y empresas de medicina prepaga a brindar una cobertura asistencial a las víctimas y sus familias.
El suicidio se previene. Por eso es importante que los gobiernos apliquen de manera efectiva programas de capacitación y sensibilización, que las escuelas estén atentas a la situación personal de cada estudiante y que se reconozca la importancia del trabajo de profesionales de la salud como psicólogos y psiquiatras.
Müller resaltó, además, que aquellas personas que logran hablar con otras sobre su problemática o han encontrado el acompañamiento y la contención necesaria pueden presentan una reducción de la posibilidad del suicidio en un 80%.
Es imprescindible desarmar ciertos mitos respecto a este tema. La persona que se suicida no desea morir. La persona que tiene ideas suicidas está transitando una situación de ambivalencia en su vida, es decir, desearía morir si su vida continúa de la misma manera, pero desearía vivir si se produjeran cambios significativos en ella.
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¿Cómo prevenirlo?
Mostrando interés y apoyo. Respetando las diferentes expresiones de sentimientos. Eliminando prejuicios. El suicidio no es ni bueno ni malo, tampoco un hecho delictivo, es una situación de sufrimiento.
El suicidio es un tema de salud que requiere un abordaje comunitario y responsable. Si estás preocupado por alguien o necesitás acompañamiento, no estás solo. Podés pedir ayuda al 0800 345 1435, 107, 911 o al 3704-868861.