Por Benito Roberto Aranda
YVY PORÁ: El Chaco formoseño ya tiene festival propio
Más allá de los nuevos cantores populares formoseños que en los últimos tiempos están dando de que hablar por el contenido de su música, su capacidad y talento, lo cierto es que se produjo el milagro que todo pueblo, provincia o región espera y es la posibilidad de producir una gran fiesta o festival popular con el reconocimiento nacional por su significación cultural, turístico y también económico.
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Y las preguntas son: ¿cómo se produce eso?, ¿qué cosa debe ocurrir para que suceda? ¿Es posible que el Estado o cualquier empresario privado sean capaces de producir ese fenómeno? Y la respuesta obviamente es que no.
Para que eso suceda es necesario en primer lugar contar con un artista que haya trascendido las fronteras de su provincia y ser reconocido, valorado y apreciado por su arte y su persona en otras regiones del país y también en otros países. Ese es el caso de nuestro cantor formoseño Lázaro Caballero; el que ha trascendido largamente los límites geográficos de su provincia para llegar con su música a todo el país y es allí donde la magia nace y comienza a brotar.
Es allí donde el milagro comienza a rondar hasta quedarse y estallar, como hemos experimentado durante la tercera edición del festival solidario del Chaco formoseño entre los días 16 y 18 de agosto pasado con más de 60 mil almas que se dieron cita al llamado de Lázaro Caballero.
Ha estallado la cultura de la región del Chaco formoseño, la que se hallaba dormida y oculta en las entrañas de los montes, en los ríos y riachos mensajeros milenarios de la vida que la surcan de Oeste a Este desde las cumbres de la cordillera de Los Andes, arrasando a su paso el enlame cultural de la gran llanura americana conocida también como región del Chaco Gualamba, otrora paraíso del yaguareté, del wichí, los qom, pilagá y otros pueblos originarios de la América Morena.
Ha estallado en gritos, voces y música, al ritmo vertiginoso del sapukay y el chamamé.
Ha estallado el espíritu de Coco Gómez y su incesante prédica de la chacarera del monte, los gritos de corredores del monte y el tropel arisco de caballos criollos y de paso peruano, con retumbos de guardamontes, coletos y bombos legüeros.
La región del Chaco Impenetrable abrió sus puertas de par en par para volverse penetrable mansa, amigable y musical, al grito heroico y triunfante, cansado —tal vez— de tanto olvido y marginación.
Desde aquellos viejos fortines de la línea Gran Guardia General Paz que nutrieron al Chaco Central de otros ritmos musicales por boca de soldados del sur a comienzos del siglo XX a nuestros días la cultura Chaqueña es producto de la mixtura de razas y corrientes culturales diversas que califica a Formosa como pluriétnica y cultural y es la que ha estallado ahora por extraña coincidencia en uno de los más emblemáticos puntos de partida de la conquista del Chaco Central como es el pueblo de Gran Guardia de la provincia de Formosa.
Allí donde la corriente cultural criolla del Oeste convive y armoniza con la proveniente de la gran nación guaraní. Allí donde reina el jopará en el alma y en la boca de su población.
Todo eso y mucho más significa la fiesta solidaria de Yvy Porá donde el entrevero de tonadas Marca Borrada ya tiene su réplica con miles y miles de personas llegadas de todo el país y de las hermanas repúblicas de Bolivia y Paraguay.
Han sido tres días de fiesta total, de entrega de música y amistades con un escenario mayor impresionante de última generación por donde han pasado los artistas mas importantes de la región como el Chaqueño Palavecino, Pitín Zalazar, el Indio Lucio Rojas, Cristian Herrera, Ángelo Aranda y el anfitrión, Lázaro Caballero, entre otros, y dos escenarios menores con sonidos e iluminación de primer nivel para la peña Olor a Monte y para los protagonistas de las destrezas criollas del último día de la fiesta.
En Formosa ha estallado el milagro, al igual que el Trichaco del Chaqueño Palavecino, Morillo canta a la niñez de Cristian Herrera y la Cultura Nativa de Jorge Rojas.
Es la región Chaqueña que abre sus brazos para recibir a los hermanos de otras regiones del país y del mundo en un abrazo fraterno, cálido y musical.
Seguramente pa’l año vendrán de nuevo, Yvy Porá los espera para su cuarta edición.